El gobierno del nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, obtuvo el apoyo del Senado para que un rabino cercano al mandatario se convierta en el próximo embajador en Israel, pero no en Jerusalén sino en la tradicional sede de los alrededores de Tel Aviv.
Milei, muy cercano al judaísmo y un férreo defensor de Israel, adonde realizó una visita de alto perfil en febrero de este año, declaró en varias ocasiones su intención de mover la embajada de su país, que se encuentra en los alrededores de Tel Aviv, a la capital, Jerusalén.
Esta semana, la cámara alta del Congreso del país sudamericano finalmente le concedió luz verde a la nominación del rabino Axel Wahnish, pero después de lo que fue, al parecer, un proceso de toma y daca entre el gobierno y la oposición.
Según la prensa argentina, como parte de esas tratativas, Milei «congeló su plan de mudar la embajada a Jerusalén y a cambio consiguió el apoyo para el rabino», a quien presenta como uno de sus guías espirituales.
Hasta ahora, solamente Estados Unidos, Guatemala, Honduras, Kosovo y Papua Nueva Guinea tienen sus representaciones en Jerusalén, aunque en su sector occidental.
La Ciudad Santa viene siendo motivo de controversia desde hace décadas, y se supone que parte de su sección oriental podría ser la capital de un eventual estado palestino.
«Destrabando» nominaciones
Además de los cinco países que ya mudaron su embajada, otros dos naciones podrían seguir esos pasos: Hungría y Paraguay.
Fuera del partido libertario de Milei, la mayoría del establishment político de Buenos Aires prefiere mantener la embajada en Israel en su base en Herzlia, en un coqueto barrio periférico de Tel Aviv.
De hecho, la propia ministra de Exteriores, Diana Mondino, declaró durante una reciente gira asiática que la intención de Milei de mudar al embajador rabino de Tel Aviv a Jerusalén «definitivamente, no es una decisión formal».
La prensa argentina señaló que Mondino mantuvo una reunión con el senador que maneja la comisión que aprueba las nominaciones de embajadores, Martin Lousteau, y que logró «destrabar» las aspiraciones del rabino a cambio de «congelar» la mudanza.