El presidente de Brasil, Lula da Silva, mantuvo una conversación telefónica de cuarenta minutos con su par de Israel, Itzjak Herzog, para discutir la situación de los rehenes mantenidos en cautiverio por Hamas y la guerra en Gaza.
A diferencia del tono habitualmente áspero hacia Israel que mantiene Lula, esta vez el comunicado de la presidencia brasileña sobre la charla que mantuvo el jueves con Herzog fue prudente y constructivo.
Durante la conversación, señaló el texto del Planalto, «Lula expresó gran preocupación por la gravísima crisis humanitaria en Gaza y consternación por la pérdida de vidas, especialmente de niños».
También agradeció el apoyo israelí para la repatriación de treinta y dos brasileños y sus familiares desde Gaza «e informó que se está preparando una nueva lista» de ciudadanos del país sudamericano y sus parientes palestinos para su evacuación.
Lula «expresó certeza de que seguirá contando con el apoyo del gobierno israelí en este sentido» y afirmó que Herzog «le dijo que se haría todo lo posible para que estos ciudadanos puedan abandonar Gaza lo más rápido posible», apuntó el comunicado.

Según la presidencia brasileña, Herzog le expresó a Lula su «preocupación por los rehenes secuestrados por Hamas, entre ellos varios latinoamericanos, y pidió al presidente» brasileño «reforzar el llamado a su liberación, en conjunto con otros países latinoamericanos».
Contra el antisemitismo
«Además de comprometerse con el pedido» de Herzog, Lula «recordó que ya hizo llamamientos para la liberación de todos los rehenes, en contactos con varios líderes de Medio Oriente», apuntó el texto. También «informó haber mantenido una videoconferencia con familiares israelíes de los rehenes».
El presidente sudamericano «reafirmó la tradición pacífica de Brasil, donde judíos y árabes siempre han convivido en paz» y «también reafirmó su repudio a los actos de antisemitismo», además de reiterar «el compromiso» de su gobierno «para frenar esas manifestaciones».
Finalmente, recordó que Brasil apoyó la creación del estado de Israel «y sigue convencido de la importancia de la solución de dos estados, con Israel y Palestina viviendo uno al lado del otro, con fronteras seguras y mutuamente aceptadas».
Aunque a menudo critica duramente las políticas de Israel hacia los palestinos, Lula se diferenció de otros líderes de izquierda de la región, como el de Bolivia, que rompió relaciones con Jerusalén a causa de la guerra en Gaza, y de Colombia y Chile, que llamaron a sus embajadores para consultas.