El embajador de Brasil en Israel, Frederico Meyer, compartió insensibles comentarios sobre los rehenes capturados por Hamas durante el ataque terrorista del 7/10, y señaló que no «entendía» la posición del grupo terrorista de desprenderse de su «moneda de cambio».
Meyer habló el viernes de la semana pasada, cuando arrancó la tregua en la guerra en Gaza entre las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y Hamas y se puso en marcha el plan de intercambio de rehenes por presos palestinos.
Hay que recordar que los rehenes fueron secuestrados en el marco de la sanguinaria invasión que dejó más de 1200 muertos en las comunidades del sur de Israel fronterizas con Gaza.
Durante la entrevista desde Tel Aviv con el portal UOL, Meyer lanzó una serie de insólitos comentarios. «Una opinión puramente personal: todavía no entiendo la posición de Hamas, porque estos rehenes que están ahí son moneda de cambio», arrancó.
«No puedo entender qué interés tiene Hamas en liberar a estas personas secuestradas -siguió el representante diplomático del gobierno de Lula-. Porque después de que estos secuestrados sean entregados, ¿cuál será la moneda de cambio?».
«Nunca controlas a los locos»
Más adelante evaluó, después de reiterar que se trataba de una opinión «puramente personal», que la devolución de rehenes «liberará a Israel para tomar medidas aún más enérgicas en Gaza».
«Una de las cosas que frena las acciones de Israel es el miedo a que golpeen a los rehenes. Dado que ya no tiene rehenes, ¿Israel sería libre de atacar tanto como quisiera? No sé», reconoció Meyer.
«En ocasiones en la historia en las que ha habido una tregua -siguió el análisis del diplomático brasileño-, puedes tener un acuerdo entre dos partes, pero nunca controlas a los locos».
«Puedes tener una tregua y de repente un israelí decide matar a un palestino, un palestino decide matar a un israelí -teorizó el embajador del país sudamericano-: las personas que no están involucradas en la tregua pueden detener el proceso».
Finalmente, hizo otro aporte, esta vez referido a lo que caracterizó como «el discurso del gobierno» de Israel sobre «acabar con Hamas». Para Meyer, ese «discurso está empezando a tener una segunda interpretación: acabemos con Hamas y recuperemos a los rehenes».
Meyer «pagó el precio»
«Pero a la persona que tiene un hijo, una madre, un familiar secuestrado, no le preocupa acabar con Hamas, lo que quiere hoy es el regreso del amigo, del familiar», completó el diplomático.
Los comentarios de Meyer llegaron este martes a la prensa israelí. «El embajador de Brasil en Israel dio consejos en tiempo real a Hamas y pagó el precio», apuntó, por ejemplo, el portal del diario Maariv.
COMPARTILHEM
— Israel Hoje (@israel_hoje) November 28, 2023
???????? Sobre a fala do Embaixador de Israel sobre a Guerra Israel x Hamas ????????
Absurdo é pouco para descrever a declaração do Embaixador do Brasil, Frederico Meyer. Ele afirma não entender a posição do Hamas em entregar todos os sequestrados, questionando qual seria a… pic.twitter.com/HC0kptN5Fi
El periódico reportó que Meyer fue citado por la cancillería israelí para una reprimenda y que tuvo que emitir una declaración de disculpas sobre sus opiniones.
«Desafortunadamente -declaró el embajador después de la reprimenda-, una parte de una entrevista que concedí la semana pasada fue sacada de contexto». Según Meyer, «en la entrevista expresé mi sincera falta de comprensión sobre la estrategia o las intenciones de Hamas detrás de la decisión de liberar a algunos de los rehenes».
«Todos deben ser liberados»
Pero «mi expresión de sorpresa no significa» que esté en contra de la tregua, «al contrario, estoy agradecido por la liberación» de algunos secuestrados, «de cada rehén inocente».
«Todos deben ser liberados», remarcó, para luego asegurar: «condené y sigo condenando el ataque terrorista» de Hamas «y, especialmente el asesinato y el secuestro de civiles, que nunca son objetivos legítimos, y espero que todos sean liberados pronto».
El presidente de Brasil, Lula da Silva, es un habitual crítico de Israel y defensor de los palestinos, aunque no llevó esa posición al extremo de otros países de la región, como Bolivia, que rompió relaciones con Jerusalén, o Colombia y Chile, que llamaron a sus embajadores en Tel Aviv a consultas.