Los israelíes y los latinoamericanos «se parecen mucho más de lo que uno cree», pero eso no significa que sea fácil establecer puentes o hacer negocios entre los dos mundos, para lo que también se necesita mucha «sablanut», es decir, paciencia para entenderse del todo
Así se lo explica a IsraelEconomico el joven empresario argentino-israelí Federico Pipman, fundador y CEO de una nueva compañía de marketing y relaciones públicas conformada por profesionales latinos y que nació al impulso de los fuertes cambios impuestos por la pandemia de coronavirus.
La empresa, Mamá Mía 360, nació este año, «pocas semanas después del comienzo de la pandemia», recuerda Pipman. «Con el país cerrado y el turismo paralizado, varios latinos que estábamos en contacto a través de distintas redes de networking llegamos a la conclusión de que para poder seguir adelante había que reconvertirse», explica.
Fue entonces que decidieron, después de largos debates, que era el momento para lanzar una iniciativa capaz de ayudar a empresarios de Israel y de América Latina cómo afrontar el nuevo escenario, a entender «qué funciona, qué no funciona, qué hay que reencauzar y qué hay que dejar de hacer para que cualquier negocio, de cualquier rubro, prospere«, continuó.
Pipman cuenta que la mayor parte del equipo de Mama Mía, que tiene su base en Jerusalén, «vive aquí en Israel, donde tenemos nuestra casa y nuestro corazón, pero contamos también con la experiencia y los contactos de América Latina tan frescos como siempre».
Por eso, asegura, «queremos ser el puente que conecte ambos mundos, que se parecen mucho más de lo que uno creería».
El empresario señala que «una de las cosas en las que más nos enfocamos es en hacer entender a nuestros clientes latinoamericanos la mentalidad israelí, en qué nos parecemos y cuándo hay que darle la vuelta totalmente al asunto».
«Creemos que sin un buen plan de acción previo, sin un buen diagnóstico, es muy difícil que la cosa llegue a buen puerto», advierte.
– ¿Cómo «traducen» ustedes el «idioma» de la StartUp Nation para los emprendedores de Iberoamérica? ¿Y, a la inversa?
– Hay cosas en común entre ambos mundos. Por ejemplo, la «jutzpá» israelí se parece mucho a la audacia latinoamericana de arreglarse con los elementos que tenemos a mano, de sacarle el jugo hasta al último recurso.
Pero, a veces, tenemos que hacer entender a nuestros clientes que el israelí quiere todo «tajles», o sea «ya», al punto, sin vueltas innecesarias. La traducción no pasa solamente por una cuestión de idiomas y de cultura, sino por recalibrar las expectativas, la paciencia y los tiempos al cronograma israelí.
Lo mismo al revés, claro. Los israelíes cada vez más quieren hacer negocios con América Latina porque descubrieron hace tiempo esos puntos en común que comentaba, pero a veces se encuentran con emprendedores «tímidos» del otro lado, no acostumbrados a la estabilidad y las reglas claras israelíes.
– ¿Me podría compartir algunos tips para que los lectores de IsraelEconomico puedan entender mejor las chances de hacer negocios con Israel?
– ¡Por supuesto! Lo primero es la palabra clave en Israel, la primera que te enseñan cuando se baja del avión, «sablanut», que significa «paciencia», en este caso, para entender cómo funcionan las cosas aquí. Israel es un país frontal, sin filtro, y los israelíes son así todo el tiempo, especialmente para los negocios.
A veces es un choque cultural negociar con los israelíes, intentar venderles, porque curiosamente parecen ser ellos los que no tienen paciencia.
Eso, y entender que, justamente, como Israel y los israelíes van siempre para adelante, los cambios que se están viendo en el mapa de los negocios son para quedarse, Israel no mira para atrás, aquí no hay nostalgia.
Cuando llega la hora de negociar, de armar el plan de negocios y de marketing, de proyectar el crecimiento, todo eso se tiene que tener en cuenta.
Todo esto suma para que el terreno sea muy fértil para los negocios, para abrir una empresa, capitalizarse, salir a conquistar el mercado.
Es algo que, con el proyecto y el timing correctos, es increíblemente factible y ágil, y es ahí donde Mama Mía siempre puede dar una mano, porque es el camino que recorrimos nosotros mismos y que ya ayudamos a recorrer a decenas de clientes.