El presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla, tiene una ambigua relación con Israel: vivió en el país varios años, estudió en la Universidad Hebrea de Jerusalén, pero está evaluando devolver la embajada a Tel Aviv.
Ganador de las elecciones del domingo último con un 58 por ciento de los votos, el dirigente -señalado por la prensa como un político «progresista»– es hijo de un ex mandatario que fue también embajador en Israel: Juan José Arévalo.
De hecho, la Guatemala bajo el gobierno de Arévalo (1945-1951) fue uno de los primeros países del mundo en reconocer la independencia de Israel, ocurrida el 14 de mayo de 1948.
Considerado el primer presidente elegido de manera libre y democrática de la historia del país, Juan José Arévalo debió salir a una especie de exilio tras la asunción del gobierno de su sucesor, Jacobo Árbenz, y pasó a cumplir tareas diplomáticas para la nación latinoamericana.
Así fue que Arévalo actuó como embajador en Francia, Chile, Venezuela, la República Dominicana e Israel, regresando en 1978 a Guatemala, donde falleció en 1990.
Por su parte, Bernardo Arévalo, ahora de 64 años de edad, estudió la carrera de sociología en la Universidad Hebrea de Jerusalén a fines de los años ’70 del siglo pasado, mientras su padre se desempeñaba como embajador.
En la misma universidad también desarrolló trabajos de investigación y estudió, entre otros temas, la introducción del cristianismo en América Latina. En Israel aprendió, además, a hablar hebreo.
«Un enorme cariño»
Durante una entrevista con la radio guatemalteca Emisoras Unidas, el ahora presidente electo aseguró que Israel «es un país al que le tengo un enorme cariño».
«Viví diez años de mi vida en Israel -señaló en la entrevista difundida a principios de julio pasado-. Fueron años muy importantes de mi vida», remarcó el entonces candidato.
Sin embargo, el líder del Movimiento Semilla se mostró -en declaraciones citadas por medios de prensa de la región- contrario a mantener la embajada guatemalteca en Jerusalén, adonde fue trasladada en el 2018 durante el gobierno del presidente Jimmy Morales.
La ubicación de la embajada de Guatemala será un tema «que hablaremos con Israel en el marco de la relación que estamos desarrollando», adelantó durante la campaña electoral.
En el marco de la conversación con Emisoras Unidas, Arévalo se expresó también sobre el conflicto en Medio Oriente. «Yo soy pro-israelí y soy propalestino, y soy pro cualquier pueblo que está luchando por el derecho a vivir en paz y en garantía», aseveró.
El derecho a una vida libre
Los habitantes de Israel, continuó, «tienen el derecho a tener una vida libre de amenazas y vivir en paz en su estado», al mismo tiempo que «el pueblo palestino tiene el derecho a vivir libre y sin amenazas y sin violencia en su territorio».
«No hay contradicción entre uno y otro» objetivo, dijo Arévalo, cuyo triunfo en los comicios presidenciales se sostuvo, indicaron muchos analistas, en su fuerte posición anti-corrupción.
A diferencia de Arévalo, el nuevo presidente de Paraguay, Santiago Peña, anunció su intención de llevar de regreso la embajada de su país a Jerusalén.
Y uno de los principales candidatos para las elecciones presidenciales de octubre en Argentina, Javier Milei, también se declaró listo para llevar la representación diplomática de Buenos Aires desde Tel Aviv a la capital israelí.