Platillos de las tradiciones ashkenazi y sefaradí están ganando cada vez más espacio en los círculos gastronómicos de la capital de Argentina
Así lo destacó un reciente informe del portal El Economista, según el cual la comida judía vive un «auge» en Buenos Aires, una de las ciudades con mayor población de judíos del mundo.
«Con sus variantes ashkenazi y sefaradí –señaló la publicación-, los sabores que llegan de Europa del Este y de Medio Oriente tienen un lugar bien ganado en las preferencias de los porteños», como se conoce a los habitantes de la capital.
Después de recordar la masiva ola inmigratoria que incluyó la llegada de cientos de miles de judíos al país entre 1889 y 1914, la reportera Camila Alfie afirmó que no fueron solamente las costumbre o los dialectos lo que unieron a los judíos en Argentina.
«Fueron las tradiciones culinarias, traídas en los recetarios de las bobes húngaras, polacas, lituanas o ucranianas, entre otras nacionalidades, los que hicieron que sentarse a la mesa se convirtiera en un ritual de arraigamiento», apuntó.
Se estima que alrededor de 180.000 argentinos practican la religión judía o se reconocen como hebreos, la mayor parte de ellos residentes de Buenos Aires, que se ubica en el top 15 de ciudades con más judíos del planeta.
El artículo repasa un fenómeno creciente: la comida judía «está saliendo de las clásicas rotiserías kosher de los barrios de Once, Belgrano o Villa Crespo», típicos escenarios de la colectividad en Buenos Aires, «para pisar fuerte en los polos gastronómicos más vibrantes de la ciudad».
Los sabores judíos de Europa del Este y de Medio Oriente «tienen un lugar bien ganado en las preferencias de los porteños»
Como ejemplos, la nota destaca la apertura de un local que «ofrece tanto hummus como arenque, pastrón y bagels» en un nuevo paseo de comidas en una famosa galería en la avenida Corrientes, en el corazón de la metrópolis.
También presenta rotiserías y servicios de «delivery» de la ciudad de Jorge Luis Borges, con «un encanto maravilloso».
Se trata de tiendas que, «como cualquier rotisería barrial son pequeñas», pero «con un gran mostrador» y «atestadas de todo tipo de productos».
por qué amo Buenos Aires?
— IvO™ ???????????????????????????????????? (@ivordonez) February 19, 2022
por muchas cosas, que pueden sintetizarse en que es tierra fértil para que haya una cadena de fast food de comida judía y que le pongan Moisha.
a triunfar. pic.twitter.com/Htf4psRIZ0
En el caso de los locales de comida judía, esos productos incluyen «carnes curadas, como el típico pastrón; conservas de pepinos agridulces; matzá y panes tradicionales; bocados icónicos, como bohios o knishes, guefilte fish; ensaladas y también postres clásicos, como el strudel de manzana«.
«Otro producto infaltable para la mesa del shabat: el vino dulce kosher«, añade el recorrido de Alfie.
Precisamente, el vino kosher fue motivo de un artículo de otro conocido diario económico porteño, El Cronista. En la nota se destacaba no solamente un auge del consumo de productos kosher sino también el crecimiento de las exportaciones de vinos kosher.
Volviendo a El Economista, la nota subraya que el fenómeno de la comida judía en Buenos Aires se extiende más allá de la herencia de los inmigrante y está marcado también por la aparición de varios locales de cocina israelí, con «platos estrella» como el shwarma, el falafel, el babaganoush y el hummus.