En este martes primero de octubre del 2024 se hizo historia en México: asumió el poder Claudia Sheinbaum, la primera presidenta mujer, y judía, de la poderosa nación norteamericana.
Sheinbaum, hija de profesores y que creció en un hogar laico, afirmó durante su discurso de juramento en la capital mexicana que se considera «madre, abuela, científica y mujer de fe, y a partir de hoy, por voluntad del pueblo», la presidenta constitucional.
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La referencia a la fe pasó bastante desapercibida a pesar de que la nueva presidenta mexicana se esforzó durante la campaña por no hacer ninguna referencia religiosa, un caso particular en un país con alrededor de cien millones de católicos.
De hecho, durante uno de los debates entre los candidatos, en mayo del 2024, la aspirante de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez Ruiz, criticó a su rival por haber usado una falda con la imagen de la virgen de Guadalupe sin ser cristiana.
Sheinbaum recogió el guante (a medias) durante una entrevista que brindó después del debate. «No soy religiosa», se limitó a responder.
Judía, según la ley hebrea
Pero si se trata de la ley hebrea, no hay dudas: sus abuelos maternos eran judíos sefaradíes que llegaron en la década del ’40 del siglo pasado desde Bulgaria, huyendo del Holocausto, y los paternos eran judíos lituanos que emigraron a México en la década del ’20.
Es decir, Sheinbaum es judía.
De hecho, en una de las pocas veces que habló públicamente del tema, durante una conferencia en el 2018, la entonces alcalde de la Ciudad de México se declaró orgullosa de sus raíces, a pesar de no practicar la religión.
Me comprometo con ustedes, en esta plaza maravillosa, corazón de la patria, en la que tantas veces nos reunimos y nos seguiremos reuniendo, que no les voy a defraudar y que juntas y juntos vamos a seguir haciendo historia. https://t.co/swP0FoV3vX
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) October 1, 2024
«Crecí en un ambiente sin religión» junto a sus padres, que eran activistas de izquierda, contó Sheinbaum en aquella ocasión frente a dirigentes femeninas de la colectividad judía de la capital.
Pero, «evidentemente, la cultura se trae en la sangre», reconoció. «Yo me siento mexicana, soy mexicana, pero estoy muy orgullosa de mi origen», completó la entonces apenas aspirante a la presidencia.
Muy diplomática cuando se trata de la guerra en Gaza
La ahora mandataria mexicana evitó expresarse de manera contundente sobre la guerra que estalló en la Franja de Gaza después tras la invasión de los islamistas de Hamas el 7 de octubre del 2023, un ataque que dejó 1200 muertos y decenas de secuestrados en el sur de Israel.
Después de la agresión de Hamas, la candidata dijo que «hay que condenar cualquier forma de violencia y particularmente esta forma de violencia, atacar a civiles inocentes».
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«Al mismo tiempo -añadió-, yo estoy de acuerdo también en que cese la violencia y que se reconozcan a los dos estados», uno palestino y otro israelí, «y que se busque la manera inmediata de pacificar esta región del mundo».
#ComunicadoPresidenta
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, señaló que, a partir de este 1º de octubre, inicia el Segundo Piso de la Cuarta Transformación y refrendó su compromiso de gobernar para todas y todos bajo los principios del Humanismo Mexicano.… pic.twitter.com/xsXgTdCmsv— Gobierno de México (@GobiernoMX) October 1, 2024
En uno de sus discursos inaugurales afirmó que, bajo su mandato, la política exterior «seguirá los principios constitucionales de la libre autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de las controversias, la cooperación internacional para el desarrollo y la fraternidad con todos los pueblos del mundo».
A pesar de su prudencia y de su relación apenas amable con el judaísmo, Sheinbaum recibió un importante reconocimiento desde Israel.
En la lista de los personajes judíos más influyentes
En efecto, el Jerusalem Post la ubicó en el decimosegundo puesto entre los personajes judíos más influyentes del mundo para el 2024.
Si bien «permaneció casi en silencio sobre la guerra entre Israel y Hamas, el enfoque de Sheinbaum en las políticas para abordar la desigualdad económica de México la consolida como una líder influyente», apuntó el diario.
Algunas voces críticas dentro de la comunidad judía mexicana, continuó el periódico de la capital israelí, temen que las raíces sefaradíes y ashkenazíes de Sheinbaum «puedan politizarse», especialmente si enfrenta problemas durante su presidencia.
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También preocupa que «sus acciones puedan desencadenar un antisemitismo sutil», agregó el reporte.
Finalmente, hay quienes hacen «comparaciones incómodas con otros gobiernos latinoamericanos» y dicen temer «que los estrechos vínculos de Sheinbaum con el presidente saliente», Manuel López Obrador, «puedan conducir a una concentración de poder».
