Como en tantos países alrededor del mundo, Israel está afrontando la «segunda ola» de la pandemia de coronavirus, y las medidas de cuarentena y aislamiento social se están haciendo sentir en todo el país, desde las más grandes ciudades, a los kibutzim y las más pequeñas localidades
Nuestro fotógrafo, León Szajman, recogió algunas imágenes que describen esta sensación de soledad y prudencia en las calles de Israel, en este caso en la ciudad de Ashkelon, unos 50 kilómetros al sur de Tel Aviv y sobre las costas del Mediterráneo.
Algunas familias recorren los pasillos de centros comerciales abiertos a medias, otros caminan o pescan en la bella Marina de la ciudad.
Israel fue uno de los primeros países en imponer la segunda cuarentena, y así lo remarcó el primer ministro, Benjamin Netanyahu, en una reciente declaración pública.
«Incluso cuando ahora nosotros salimos, los países de Europa están entrando en cuarentenas en medio de una ola muy dura» de coronavirus, afirmó el primer ministro.
Netanyahu habló después de pasar a saludar al primer voluntario de las pruebas para la vacuna israelí Brilife contra el COVID-19, el joven Segev Harel, de 26 años, quien se inoculó en el Hospital Sheba, en Tel Hashomer, en la periferia de Tel Aviv.
«La verdadera salida de la crisis del coronavirus está en el desarrollo de vacunas», admitió Netanyahu.
Por ello, las calles de Israel, al igual que miles y miles de otras en todo el mundo, seguirán mostrando un desacostumbrado «modo coronavirus», con pocos vecinos caminando, comprando… o pescando, como en Ashkelon.
