Mientras avanza la campaña de vacunación contra el coronavirus, Eilat asoma como uno de los puntos clave para resucitar al turismo israelí cuando haya pasado la pandemia, con sus populares playas y vida nocturna y, en particular, los espectaculares arrecifes de coral que caracterizan a esa parte del Mar Rojo.
Cuando se declaró la Independencia y estalló la guerra contra los países vecinos, en 1948, Eilat era simplemente un puesto policial de las fuerzas coloniales británicas, un puñado de cabañas de barro que a duras penas controlaban las aguas del Mar Rojo y las cercanas fronteras con Egipto y Jordania.
Las fuerzas israelíes pasaron a controlar ese puesto policial en marzo de 1949, sin tener que disparar un sólo proyectil. A partir de ese momento, comenzó el desarrollo de Eilat, aunque en los primeros años el lugar fue residencia de apenas unos pocos soldados y trabajadores.
Una conocida fotografía en blanco y negro de Eilat, adonde se ven unas pocas casas repartidas en el desierto con el fondo de las montañas, fue tomada en 1963, cuando todavía la ciudad de los grandes hoteles ni siquiera era un proyecto.
Después de la Guerra de los Seis Días, de 1967, los israelíes empezaron a interesarse por las playas de Eilat y, durante la década del ’70, la eligieron cada vez más como lugar de vacaciones. Más adelante, su clima soleado y seco comenzó a atraer turistas europeos, convirtiendo a la ciudad en una especie de Ibiza del Medio Oriente.
Ya en los ’80, Eilat había adquirido gran parte de su actual personalidad, un destino preferido por sus playas y su vibrante vida nocturna, y ya con varios hoteles que, a partir de los años ’90, comenzaron a incluir filiales de las grandes cadenas como Dan y Herods.
Con la inauguración en el 2019 del aeropuerto Ramon, a menos de 20 kilómetros al norte de Eilat, la ciudad quedó definitivamente conectada al resto de Israel y al mundo. La pandemia de coronavirus afectó duramente la llegada de visitantes pero, incluso durante el 2020, algunas «zonas verdes» se abrieron para alojar turistas nacionales.
En la actualidad, Eilat tiene una población de alrededor de 50.000 personas, y su nombre es sinónimo definitivo de vacaciones para los israelíes. Y también para los turistas globales.
Es que, a principios del 2019, nada menos que el New York Times incluyó a la ciudad israelí entre «los lugares para visitar» en aquel año.
«Debajo de las prismáticas aguas de este resort del Mar Rojo, en el extremo sur de Israel, se encuentra un arrecife de coral con cientos de variedades de peces neón, tiburones y rayas», describía el diario estadounidense.
Los hoteles, los corales y las playas, están siempre allí, en el extremo sur de Israel, esperando que llegue la famosa «nueva normalidad» para volver a recibir a los turistas en busca de unas vacaciones especiales.
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