Paisajes desérticos conmovedores, historias bíblicas a cada paso y carreteras que parecen interminables se conjugan en el Negev con extensas «manchas» verdes de cultivos que florecen en medio de la arena, ciudades pujantes y centros universitarios y de innovación tecnológica
«Es en el Negev donde se pondrá a prueba la creatividad y el vigor pionero de Israel», dijo alguna vez el histórico primer ministro David Ben-Gurion.
En la actualidad, la región sur de Israel está perfectamente unida al resto del país pero mantiene su fuerte personalidad, el espíritu pionero y de aventura.
Sus habitantes suelen mostrarse orgullosos de residir en un desierto que representa al mismo tiempo una realidad y una apuesta al futuro.
Con esa idea en mente, la prestigiosa revista de turismo y viajes Lonely Planet ubicó al Negev como la segunda mejor región del mundo para visitar en el 2013, solamente detrás de Córcega, la isla francesa en el Mediterráneo.
«Durante décadas, el Negev fue considerado nada más que un desierto desolado -dijo entonces Lonely Planet-. Pero hoy, esta región es un invernadero gigante del desarrollo«, afirmó la publicación.
La revista advirtió a sus lectores que «el tiempo se está acabando para experimentar el desierto como lo pretendía la naturaleza» en el Negev.
Sin embargo, gran parte de la región mantiene sus ásperos paisajes naturales y enormes espacios para la aventura, como muestran las fotos que acompañan este artículo, de la biblioteca de imágenes del Ministerio de Turismo de Israel.
Además de la región donde observar a los animales o realizar emocionantes expediciones en motocicleta o camionetas 4×4, este desierto es también un lugar muy especial cuando se trata de historia y espiritualidad: el nombre «Negev» aparece nada menos que en treinta y siete versículos de la Biblia.
