Tel Aviv es la estrella cosmopolita de Israel, una de las capitales mundiales de las start ups tecnológicas, una ciudad de playas y fiestas y el corazón económico y financiero del país. Pero junto a ella vive su «hermana antigua», Jaffa, el puerto con hermosas callejuelas cuyo origen se remonta a unos 7.500 años antes de la era cristiana.
La «hermana moderna», en cambio, fue fundada en 1909, a penas comenzado el siglo XX. Su vertiginoso crecimiento terminó acogiendo a la somnolienta Jaffa. Ambas terminaron uniéndose en 1954, cuando se convirtieron en el municipio de Tel Aviv-Yafo.
Desde entonces, las dos «hermanas» viven juntas, a veces un poco separadas por escenarios y costumbres, pero siempre una al lado de la otra. Ir de Tel Aviv a Jaffa es parte de un camino invisible, es difícil darse cuenta cuando empieza una y termina la otra.
En la ciudad vieja de Jaffa se encuentra el mítico puerto, hoy uno de los principales puntos turísticos de la ciudad. En tiempos antiguos, fue el lugar donde el profeta Jonás se embarcó para Tarsis (Libro de Jonás 1:3). Y también el puerto de entrada para los cedros del Líbano utilizados en la construcción del Segundo Templo de Jerusalén (Libro de Esdras 3:7).
Si los residentes y los turistas en Tel Aviv se hacen siempre tiempo para hacer compras en el Shuk HaCarmel, Jaffa le hace «competencia» con su famoso Shuk HaPishpishim, el Mercado de Pulgas, adonde se pueden encontrar desde los souvenirs más baratos y simpáticos hasta bellas y raras antigüedades.
En esas calles donde se unen naturalmente lo judío y lo árabe, es normal encontrar excelentes lugares adonde comer. Son tantos y tan buenos que la edición Tel Aviv de la revista Time Out armó un ranking especial para los restaurantes de Jaffa, que quedó encabezado por Cassis, un lugar donde reinan los frutos del mar.
«De todas las cosas que hacer en Israel, asegúrese de visitar a la humilde hermanita de Tel Aviv que está creciendo para ser algo especial», recomendó Time Out. «Jaffa, conocida localmente como ‘Yafo’, está repleta de restaurantes auténticos y deliciosos, boutiques de diseñadores locales y mercadillos, y una floreciente escena de vida nocturna», completó la revista.
