Situada a orillas del mar Mediterráneo, cerca de la bahía de Haifa, los arqueólogos apuntan que el primer asentamiento en el lugar se instaló durante la Edad del Bronce Antiguo, pero fue abandonado después de algunos siglos
Luego se estableció una gran ciudad durante la Edad del Bronce Medio, e incluso existen registros egipcios en jeroglíficos que hablan de una localidad llamada «Akka».
Actualmente, Acre es una pujante ciudad israelí de unos 50.000 habitantes, con una gran población árabe que representa alrededor del 32 por ciento.
Pero, anteriormente, este punto central de la región de la Galilea conoció muchas transformaciones.
«Acre es una ciudad viva, que ha existido continuamente durante unos 4.000 años», recuerdan desde la municipalidad de esta bella ciudad sobre el Mediterráneo.
En el período helenístico, desde los tiempos de Alejandro el Magno, Acre disfrutó del mismo estatus que las ciudades fenicias de Tiro y Sidón, manteniendo una conexión directa con el gobierno griego.
Más tarde llegarían los romanos, que mantuvieron el estatus autónomo de Acre como «polis».
Muchos judíos se establecieron aquí al comienzo de este período y la ciudad estuvo relacionada con la historia de Israel durante todo el período talmúdico.
Además, en el período cristiano primitivo, los apóstoles Pablo y Pedro también residieron en Akko. (Otros «vecinos» famosos de la ciudad incluyen a San Francisco de Asís y Marco Polo).
Tras un largo periodo de prosperidad, la ciudad fue escenario de las luchas entre bizantinos y musulmanes, quienes construyeron en Acre numerosas mezquitas que fueron reemplazando a las iglesias.
Y, en el siglo XII, durante el período de las Cruzadas, Acre se convirtió en uno de los centros del mundo.
«Aunque su apogeo fue un siglo después, en el siglo XII Akko ya era la ciudad más grande y rica del reino cruzado, así como su puerto más importante», recuerdan los historiadores locales.
Haciendo un salto en el tiempo y llegando al siglo XX, la presencia del mandato británico no guarda buenos recuerdos para los residentes judíos de la tierra de Israel.
Por ejemplo, en esa época, el fuerte de Acre se convirtió en una cárcel adonde fueron detenidos numerosos miembros de los grupos clandestinos judíos que luchaban por la independencia de Londres, entre ellos Zeev Jabotinsky.
Ahora, la ciudad brilla con el magnetismo que le brindan todos esos siglos de turbulenta y fascinante historia.
Aquí se pueden ver a judíos, cristianos y árabes en convivencia, y sitios históricos compartiendo espacio sin problemas con centros comerciales y automóviles de última generación.