Si bien el falafel tiene una antigua historia en toda la región, puede ser considerado, con poco debate, el plato nacional israelí
Desde hace unos años, el falafel hasta tiene un Día Internacional para celebrarlo a través del globo: el 12 de junio.
Los creadores del Día Mundial del Hummus le hicieron un lugar a las mágicas pelotitas de harina de garbanzo y le consagraron una efeméride y una página de Facebook.
Como ocurre con este tipo de comidas populares en el mundo, el origen del falafel es incierto, aunque algunos expertos afirman que el platillo fue creado por primera vez en Egipto por cristianos coptos hace unos 1.000 años, para consumirlo como sustituto de la carne durante la Cuaresma.
Yendo más atrás, hay quienes señalan el origen del falafel en la India y otros que apuntan incluso hacia el Egipto antiguo.
Aparentemente se encontraron rastros de habas (otro de los posibles ingredientes de esta comida) en las tumbas de los faraones, «mientras que otros afirman haber encontrado pinturas de la antigüedad egipcia que representan a cocineros que hacen falafel«, recordó el periódico Egyptian Streets.
«Cuando se piensa en comida israelí, el falafel es definitivamente lo que primero viene a la mente»
Cualquiera que sea su origen, el falafel viene siendo un rey de la comida regional desde hace varios siglos, y a Israel llegó a partir de los años ’50 de la mano de los miles de inmigrantes judíos provenientes de los países árabes.
En un país recién creado, sin comida «nacional» más allá de los platos europeos que trajeron consigo los pioneros, el falafel se convirtió rápidamente en una extremadamente popular y sabrosa alternativa en los hogares y en incontables puestos callejeros.
En la actualidad, es imposible vivir en Israel o visitar el país sin consumir falafel o, por lo menos, pasar delante de alguno de los negocios que los venden, al plato o en exquisitos panes de pita, con hummus, tahini, ensalada, patatas fritas y pepinillos.
«Cuando se piensa en comida israelí, el falafel es definitivamente lo que primero viene a la mente, las deliciosas pequeñas bolas de garbanzos fritos que comúnmente se combina con hummus, una ensalada israelí y otras delicias del Medio Oriente», sintetizó Andie Himmelrich, de CultureTrip.
