Falleció en Buenos Aires, a los 88 años, el inventor argentino judío Hugo Kogan, quien en 1963 creó un pequeño elemento que revolucionó las cocinas de su país y muchas del mundo, donde todavía millones de personas lo necesitan para sobrevivir a la preparación de sus comidas: el Magiclick.
Pero, luego del encendedor de chispa, que creó cuando tenía apenas 29 años de edad, Kogan se transformó en una de las figuras más relevantes del terreno del diseño industrial en América Latina y recibió el prestigioso Premio Konex tres veces (1992, 2002 y 2012) como uno de los mejores de la década.
«Con el Magiclick -contó alguna vez el inventor-, yo estaba en el momento y lugar adecuados».
Se trataba, según explicó en declaraciones difundidas por la prensa argentina, de «una nueva tecnología sobre la que se montó un diseño contemporáneo en un mercado seco de novedades e innovación».
Al comentar la noticia de su muerte, la agencia estatal de noticias Télam recordó que el Magiclick se basó en lo que entonces era precisamente una novedad, la piezoelectricidad. Kogan diseñó el «chispero» mientras trabajaba en la empresa local Aurora y esperaba un modesto éxito.
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«Cuando la empresa decidió lanzar el producto, proyectó vender 5.000 unidades por mes, pero el éxito fue tal que terminaron haciéndose pedidos por 80.000 unidades mensuales», apuntó Telam.
De escultor a diseñador célebre
La agencia también destacó que algunos modelos de Magiclick incorporaron luego «una carga de gas butano o de otro tipo, que les permite producir y mantener una llama de forma autónoma; mientras que otros se limitan a generar la chispa para encender, por ejemplo, las hornallas de una cocina».
Escultor en su juventud, Kogan diseñó y desarrolló más de cien productos, como máquinas textiles, electrónica de entretenimiento, hardware, equipos de electromedicina y sistemas de equipamiento bancario y ferroviario.
Hugo Kogan y su Magiclick eran a menudo citados por medios judíos de Argentina como ejemplo de grandes invenciones que surgieron de la numerosa colectividad que reside en el país, junto -por ejemplo- a Carlos Arcusín (creador de la jeringa autodescartable) y Ladislao Biro, húngaro de nacimiento y diseñador del popular bolígrafo conocido en este país como «birome».