El buceador israelí Shlomi Katzin se sumergió en las aguas del Mediterráneo, frente a la zona de Hof HaCarmel, en el norte del país, y salió a superficie con un asombroso hallazgo: la espada de un caballero de las Cruzadas.
Se trata de una espada de alrededor de un metro de largo, cubierta de conchillas y otros elementos marinos, pero prácticamente en excelente condiciones.
Con su tesoro a cuestas, Katzin se comunicó enseguida con la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), la organización gubernamental que regula los hallazgos arqueológicos en el país.
Además de la espada, el buceador encontró otros elementos que quedaron al descubierto en el suelo marino a causa de las corrientes, entre ellos antiguas anclas de piedra y de metal y fragmentos de cerámica.
Nir Distelfeld, un inspector de la AAI, destacó que «la espada de hierro se conservó en perfectas condiciones y es un hallazgo hermoso y raro».
«Evidentemente perteneció a un caballero cruzado», añadió Distelfeld, según el cual es «emocionante encontrar un objeto tan personal de hace 900 años, tan atrás en el tiempo, de una era diferente con caballeros, armaduras y espadas «.
Los descubrimientos de Katzin muestran que la zona «sirvió como un pequeño fondeadero natural temporal para los barcos que buscaban refugio» en la era de las Cruzadas y también muchos siglos antes, dijo Kobi Sharvit, director de la Unidad de Arqueología Marina de la AAI.
Cada artefacto antiguo que se encuentra «ayuda a armar el rompecabezas histórico de la Tierra de Israel»
En ese sentido, tras identificar los elementos rescatados del fondo marino, los expertos señalaron que las anclas de piedra muestran que el fondeadero ya era utilizado a fines de la Edad de Bronce, hace 4.000 años.
Es que las costas del Carmel, con sus abundantes cuevas naturales, vienen sirviendo de refugio natural en momentos de tormenta a incontables embarcaciones desde la antigüedad.
Son condiciones que han «atraído a los barcos mercantes a lo largo de los siglos, dejando tras de sí ricos hallazgos arqueológicos», dijo Sharvit. Y la espada recuperada «es apenas uno de esos descubrimientos».
Como ocurre siempre que un ciudadano entrega a las autoridades sus hallazgos arqueológicos -algo muy común en Israel-, la AAI le concedió a Katzin un certificado oficial de reconocimiento por entregar la espada de las Cruzadas.
Cada artefacto antiguo que se encuentra, sea tanto por arqueólogos profesionales o por simples aficionados, «nos ayuda a armar el rompecabezas histórico de la Tierra de Israel», apuntó Eli Escosido, el director general de la AAI.
Una vez que la espada haya sido limpiada e investigada en los laboratorios de la Autoridad, «nos aseguraremos de que se muestre al público», prometió.