Con el estreno de «Beauty Queen of Jerusalem» («Miss Jerusalén», en América Latina), el nuevo éxito de la TV israelí en el que varios de sus personajes hablan ladino, se renovó alrededor del mundo el interés por el judeo-español, el idioma de los hebreos en la península ibérica hasta 1492.
La miniserie se estrenó en mayo de este año a través de la plataforma de streaming Netflix y se mantuvo entre las producciones más vistas en la región latinoamericana durante varias semanas.
Basada en la novela homónima de Sarit Yishai-Levi, la serie repasa los romances y conflictos de la familia sefaradí de los Ermoza a principios y mediados del siglo XX en la Jerusalén del control otomano, el mandato británico y la guerra de Independencia de Israel.
Siendo una familia judía con raíces en España, es natural que los personajes del programa (entre ellos Gabriel Ermoza, el jefe de la familia, encarnado por Michael Aloni, estrella de «Shtisel») hablen algo de ladino.
Este idioma centenario, que combina el español medieval, el hebreo, el arameo, el turco, el griego, el árabe y otras influencias, sobrevivió hasta nuestros días a través de la diáspora sefaradí. Y ahora está encontrando nuevamente el interés de los expertos y del público.
«Personas que hablan ladino existen en muchos lugares del mundo», explica la profesora Ora R. Schwarzwald, del departamento de Hebreo y Lenguas Semíticas de la Universidad Bar-Ilan.
Se estima que, en todo el mundo, son apenas unos pocos miles los que hablan el ladino
Consultada por IsraelEconomico.com, la experta precisó que las comunidades de ladino hablantes más grandes se encuentran en Israel, Turquía, la ciudad estadounidense de Seattle, Francia, Bélgica e Inglaterra.
«Otros viven en Argentina, Grecia, Serbia, Bulgaria y en muchos otros lugares de Europa, además de Los Angeles, en Estados Unidos», añadió.
Aunque es difícil elaborar números precisos, «si consideramos todos los hablantes de todo el mundo, pueden ascender a unos pocos miles», apuntó.
Al igual que muchísimos israelíes, Schwarzwald siguió la miniserie basada en la novela de Yishai-Levi, y destacó que, si bien el lenguaje principal es el hebreo, el ladino «se utiliza de vez en cuando para autenticar» a los personajes que hablan el idioma como lengua materna.
«Se escucha especialmente cuando la hermana y el hermano hablan entre ellos» y en las líneas que pronuncia la suegra, describió.
Cuando se le preguntó si existe alguna relación entre el idish y el ladino, los dos lenguajes icónicos de los judíos, la profesora israelí dijo que «no se puede hablar de dicotomía porque son dos lenguajes diferentes».
«El ladino se basa en el español medieval y el idish en las lenguas germánicas y eslavas», subrayó.
Sin embargo, «hay algunas características lingüísticas comunes en estos dos idiomas: la integración de palabras hebreas en el habla y la escritura», comenta Schwarzwald.
Para que un idioma pueda mantenerse vivo es «fundamental la existencia en la web»
En ese sentido, la académica puso como ejemplo «balabay-balabaya» en ladino y «balebos-balebuste» en idish, vocablos que se refieren al dueño o ama de casa y que derivan del hebreo «ba’al habait».
Hace pocos años, en el 2019, y en sintonía con los esfuerzos por reparar los lazos del país con los judíos, la Real Academia Española aprobó por unanimidad la creación de la Academia Nacional del Judeoespañol, con sede en Israel.
Pero -también en sintonía con esos zigzagueantes esfuerzos por asumir el costo centenario de la expulsión de los judíos en 1492- los avances por poner en marcha esa institución se encontraron rápidamente con varios escollos.
Por ejemplo, un reporte del diario El País decía, en abril del 2019, que «la falta de medios y las luchas internas amenazan la puesta en marcha de la entidad destinada a proteger el judeoespañol».
En todo caso, otros proyectos tratan de ayudar a salvar el ladino en el país europeo y en el mundo.
Aunque son muy distintos, hay algunas características lingüísticas comunes entre el idish y el ladino
Según señaló un despacho de la agencia española de noticias Efe, la cooperativa catalana CollectivaT, dedicada a digitalizar «lenguas minoritarias», está trabajando ahora con el judeo-español.
Alp Oktem y Pelin Dogan, miembros de la cooperativa, ya pusieron manos a la obra en el Instituto Cervantes en Estambul, la ciudad que acoge casi a la totalidad de los alrededor de 12.000 judíos sefaradíes de Turquía.
«Nosotros desarrollamos el primer traductor automático para ladino: de ladino a turco, inglés y castellano, y viceversa», le dijo Oktem a Efe, que recordó que el programa es accesible desde la web del Sentro Sefaradi de Estambol.
Para que un idioma pueda mantenerse vivo en el siglo XXI, «un elemento fundamental es la existencia en la web», aseveró Oktem.
En noviembre del 2019, la Biblioteca Nacional de Israel ya había puesto en marcha su propio proceso de digitalización, en su caso en colaboración con el gigante de la informática Google.
Se trata de subir a internet 120.000 libros de la colección de la Biblioteca, incluyendo numerosos incunables en idiomas español y ladino.
Con el éxito de «Miss Jerusalén» se avanzó todavía más en la popularización del ladino.