Si bien la estrella de David ocupa el lugar protagónico, la menorá es también un gran símbolo del judaísmo y de Israel, y de hecho es el elemento central del escudo del país nacido en 1948. Pero, ¿cómo llegó desde los tiempos bíblicos hasta este lugar?
En el libro del Éxodo se explica que fue Dios quien le indicó a Moisés después de salir de Egipto: «harás también un candelero de oro puro, labrado a martillo», con sus ornamentos fabricados con el mismo metal precioso.
«De sus costados saldrán seis brazos», con «tres de un costado del candelero, y tres brazos del otro costado», se lee en el texto bíblico sobre este particular candelabro que residiría primero en el Tabernáculo y luego en el gran templo en Jerusalén.
Un artículo de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI, la máxima organización nacional arqueológica) recuerda que la representación gráfica más antigua conocida de la menorá del templo aparece en una rara moneda acuñada por Matatías Antígono II, el último rey asmoneo.
Esa representación artística de la menorá en la moneda precede a la destrucción del Segundo Templo en 107 años, apuntó el doctor Yuval Baruch, uno de los principales directivos de la AAI.
Lo que resulta interesante es que, durante la época de Matatías Antígono II, el acceso a la menorá dentro del Templo de Jerusalén era limitado.
«Basándonos en otras representaciones de la menorá del registro arqueológico de ese período, asumimos que nadie, excepto los propios sacerdotes, podía pararse junto a la menorá con herramientas de dibujo y dibujarla, sino que sólo podía mirarla desde lejos», indicó Baruch.
Una imagen grabada en la memoria
Todo lo que los israelitas podían hacer era «grabar» en su memoria la apariencia de la menorá y luego dibujarla según sus recuerdos.
El número de brazos del candelabro «probablemente era un detalle fácil de recordar», agregó el investigador, pero los detalles del diseño quizás no se evocaban con tanta facilidad.
«Teniendo esto en cuenta -dijo Baruch-, es probable que en aquella época la menorá no fuera un símbolo común con un significado nacional generalizado para la mayoría del pueblo judío».
¿Cuáles son entonces las razones de la transformación? Tienen que ver con una fuente foránea y trágica.
En efecto, la descripción «definitiva» de la menorá original se encuentra en el Arco de Tito, en Roma, la imagen que describe el sitio de Jerusalén y la destrucción y el saqueo del Segundo Templo en el año 70.
El relieve del arco conmemorativo muestra a los cautivos judíos siendo conducidos a Roma llevando la menorá del Templo, el altar de oro e instrumentos musicales saqueados del Templo en Jerusalén, recuerdan desde la AAI.
Una obra maestra
«La representación de la menorá en el Arco de Tito -remarcó Baruch- sirvió como arquetipo para representaciones visuales posteriores» del candelabro sagrado.
Según los arqueólogos israelíes, los conquistadores romanos invirtieron grandes esfuerzos en la representación del Arco de Tito, realizada por los mejores escultores.
Se trata, de «una obra maestra artística cuyo significado va más allá de ser un monumento único que representa la victoria de Tito sobre Jerusalén» y, en cambio, sirve «como punto de partida para la apreciación del arte romano en general».
De hecho, a partir de esa época, el candelabro reproducido por los saqueadores terminó siendo el estándar imaginario de la menorá original de los judíos y es incluso la base para el diseño del escudo de Israel.
El arco, por supuesto, se puede apreciar cuando visitamos la capital italiana. Y la moneda de Matatías Antígono II está en exhibición en el Centro Davidson en el Jardín Arqueológico de la Ciudad Vieja de Jerusalén, al pie del Monte del Templo.