Arqueólogos de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) encontraron por primera vez en Jerusalén dramáticos rastros de la destrucción del Reino de Judá a manos de Senaquerib, rey de los asirios.
Excavaciones recientes permitieron a los expertos descubrir puntualmente que la estructura administrativa original de aquel reinado israelita fue completamente destruida por los asirios.
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«Encontramos restos de un importante centro administrativo real de los días del rey Ezequías, y quizás incluso del reinado de su padre, el rey Acaz», apuntaron Neria Sapir, Natan Ben-Ari y Benyamin Storchan, directores de las excavaciones para la AAI.
El centro, precisaron, funcionó en el último tercio del siglo VIII antes de la era cristiana, pero «fue destruido hasta sus cimientos y enterrado bajo un enorme montón de piedras», que a su vez formó una plataforma sobre la que se erigió la estructura posterior.
Desde allí, los conquistadores podían contemplar «una vista imponente de todas las tierras agrícolas» de la zona.
«Grandes piedras de construcción procedentes de la estructura primitiva se incorporaron deliberadamente» a la montaña, enterrando prácticamente del todo ese pasado israelita.
¿Quién está al mando?
Los arqueólogos interpretaron esos dramáticos cambios como una declaración del gobierno imperial asirio, una especie de mensaje político-diplomático a las zonas circundantes para dejar en claro quién estaba realmente al mando en la región .
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«Como los asirios seguían interesados en los productos agrícolas y los impuestos que el Reino de Judá podía proporcionar, permitieron el funcionamiento de una administración israelita independiente», al tiempo que intensificaron sus pesadas demandas económicas, apuntaron los expertos de la AAI.
Las actividades administrativas de Judá incluían la concentración y gestión de los artículos agrícolas que los productores utilizaban para pagar los impuestos al reino.
Esos productos, explicaron Sapir, Ben-Ari y Storchan, se transportaban y entregaban en grandes tinajas de cerámica, que quizá también se almacenaban aquí como reserva para épocas de escasez. En la zona, recordaron, se producía vino y posiblemente aceite de oliva.
Durante las excavaciones se encontraron numerosos sellos de la administración real y otros con nombres de ciudadanos privados.
El nombre de Menahem
Algunos de estos últimos pudieron ser interpretados: un tal Menahem Yubna, un Peqaj Tavra y un Tzophen Azaryahu.
Una investigación sobre los sellos especuló que los nombres podrían referirse a funcionarios que trabajaron para el rey Ezequías durante preparativos en Jerusalén para enfrentarse a los asirios.
Es decir, que los arqueólogos encontraron en la capital de Israel mensajes de representantes de una administración judía de hace nada menos que 2700 años.