Un grupo de arqueólogos encontró en la zona de la Aravá, a mitad de camino entre el Mar Muerto y Eilat, evidencias que muestran que en la Tierra de Israel existió una red comercial que pudo haber estado conectada con la famosa Ruta de la Seda.
Los hallazgos, señalaron desde la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), incluyen tejidos de algodón y seda que datan del período islámico temprano, hace unos 1.300 años, que probablemente fueron importados de India y China.
Se trataría, dijeron los arqueólogos -que trabajaron con colegas de las universidades Ben-Gurion del Negev y de Haifa, en Israel, y la Universität Göttingen, de Alemania-, de un camino desviado desde la tradicional Ruta de la Seda, conectando con redes comerciales y puertos marítimos.
La Ruta de la Seda era el principal recorrido comercial internacional para el transporte de mercancías exóticas desde el Lejano Oriente y la India hacia el oeste, cuya ruta principal llegaba a Constantinopla, la actual Estambul.
Los descubrimientos sobre esta «ruta de la seda» local se llevaron a cabo en el marco de las investigaciones del profesor Guy Bar-Oz, de la Universidad de Haifa, y el doctor Roi Galili, de la Ben-Gurion, quienes están investigando patrones comerciales en el Medio Oriente.
Para entender esas tendencias en el primer milenio de la era cristiana, los investigadores están analizando acumulaciones de residuos en sitios a lo largo de la ruta, con foco en la actividad de los antiguos comerciantes y los restos de las telas exóticas y otros productos que traficaban.
«Los hallazgos sugieren una gran demanda de artículos de lujo de Oriente en ese período»
Actualmente, están examinando los montículos de basura en el Aravá que datan de finales del siglo VII de la era cristiana, el comienzo del período islámico en la región.
Como parte de estas labores, los investigadores descubrieron varios tesoros, incluyendo telas, ropa, cuero, artículos de higiene y otros que pueden arrojar luz sobre la cultura material y la vida cotidiana de los antiguos residentes en esa región desértica.
Muchos de esos elementos, apunta el informe, eran importados, como telas decorativas de la India y seda de China, lo que proporciona la primera evidencia de estos artículos en el Israel de ese período.
Los investigadores creen que las telas de algodón probablemente provenían de India y Nubia y que las de seda proporcionan una fuerte evidencia de comercio con China.
«La variedad y riqueza de los hallazgos sugieren una gran demanda de artículos de lujo de Oriente en ese período», dice el reporte.
El sitio de las excavaciones es considerado el más importante para los textiles antiguos descubiertos en Israel, y también muestra indicios de importantes aplicaciones tecnológicas.
Las telas reflejan influencias indias pero también iraníes
Por ejemplo, se encontraron muchas telas de algodón con diseños ikat, una técnica mediante la cual la urdimbre se anuda y se tiñe de acuerdo con un modelo previamente preparado antes del proceso de tejido.
Esa técnica rara vez se encuentra en el Medio Oriente, pero está representada en pinturas murales del siglo VI en las cuevas de Ajanta en India.
Las telas también reflejan una influencia iraní, con algodón blanco y lana de colores entretejidos en un proceso complejo, como las alfombras que todavía se fabrican en Irán y Asia Central en la actualidad.
Según el reporte de la AAI, los hallazgos permiten un examen detallado del movimiento de mercancías a larga distancia y la difusión geográfica de personas e ideas, de una manera que antes era solamente visible de manera parcial.
«En efecto -concluyó el informe-, los descubrimientos en el sitio traen consigo el potencial para una comprensión nueva y más profunda del comercio y la interacción antiguos» en la región.