El hecho de que gran parte de Sucot se celebre en la sucá que se construye en casa es lo que explica la inmensa flexibilidad de la festividad, afirma la autora de este artículo, una profesora estadounidense.
Al igual que en Pésaj, apuntó esta académica, la mayoría de los judíos que celebran Sucot lo hacen en espacios donde la gente puede honrar sus valores, culturas o historias.
Por Samira Mehta *
Sucot es la festividad judía que se celebra inmediatamente después de Rosh Hashaná y de Iom Kipur, las Altas Fiestas del judaísmo. La fiesta de la cosecha dura siete días cuando se celebra en Israel y ocho días cuando se celebra en otros lugares.
Al igual que muchos rituales y tradiciones judías, desde encender las velas el viernes por la noche hasta celebrar el seder de Pésaj, Sucot se celebra principalmente en el hogar, o mejor dicho, en el jardín.
Traducido como la Fiesta de las Cabañas, Sucot se celebra en la estructura al aire libre llamada sucá, que se construye y reconstruye cuidadosamente cada año.
Como investigadora de estudios judíos, gran parte de mi trabajo se centra en la diversidad de identidades judías en Estados Unidos en la actualidad.
Desde familias mixtas hasta judíos de color y comunidades judías de todo el mundo, siempre existió una infinidad de formas de ser judío, y las festividades en el hogar, como Sucot, ayudan a las personas a honrar todas esas partes de sus identidades.
Fiesta de la cosecha
Sucot, que se celebra durante la cosecha del otoño en el hemisferio norte, probablemente tenga su origen en las cabañas que los antiguos agricultores construían para poder dormir en los campos.
Sin embargo, la tradición también dice que estas cabañas representan las tiendas en las que vivieron los israelitas mientras vagaron por el desierto durante cuarenta años después del Éxodo, su escape de la esclavitud en Egipto.
Algunas partes de Sucot se llevan a cabo en la sinagoga, incluidas las oraciones especiales y las lecturas de la Biblia. Sin embargo, la acción principal tiene lugar en casa, en la sucá (la forma singular de la palabra “sucot” en hebreo) en el patio.

Para los judíos que celebran la festividad, la tradición dice que deben comenzar a construir la sucá lo antes posible después de Iom Kippur, el Día del Perdón. Algunas personas incluso comienzan a construir la estructura tan pronto como rompieron su ayuno de 25 horas.
Las paredes improvisadas, de las que debe haber al menos tres, se pueden hacer de cualquier cosa que uno quiera, desde paredes prefabricadas impresas con las bendiciones que se dicen durante la festividad hasta manteles o alfombras.
Y se suelen decorar para decir algo sobre quiénes las habitarán: fotos de Jerusalén, colchas hechas por familiares. Siempre imaginé que, si tuviera una sucá, usaría manteles de la India para las paredes, fusionando ese pedazo de mi herencia con mi religión.
El techo, en cambio, se supone que debe estar hecho de materiales naturales como palmeras o ramas (a una amiga mía le gusta usar tallos de maíz). El techo debe proporcionar sombra, pero debe dejar espacios para ver las estrellas.
Aquellos de nosotros que no tenemos patios podemos ser creativos con nuestros balcones o, como yo, dar pistas de que les gustaría recibir invitaciones a las fiestas de Sucot de otras personas. Una amiga neoyorquina convierte su sala de estar en una sucá «falsa»: no se ven las estrellas, pero está llena de naturaleza y decoraciones.
En Estados Unidos, muchas familias decoran sus sucot con elementos clásicos de la temporada de cosecha norteamericana: hojas de maíz, mazorcas de maíz secas de colores, calabazas e incluso, de vez en cuando, un fardo de heno.
En Nuevo México, a veces se ven tiras decorativas de chiles rojos como las que cuelgan de los porches.
En todo caso, las plantas tradicionales de Sucot son cuatro especies distintas: el fruto cítrico llamado etrog y hojas de palma, mirto y sauce, que se atan entre sí y se denominan lulav. El lulav y el etrog se bendicen y se agitan juntos a diario durante todo el festival.
Nuestro patio, nuestra fiesta
Además, se supone que los judíos deben vivir en la sucá durante la festividad, lo que técnicamente significa comer y dormir allí. Pero, como ocurre con todas las festividades religiosas, las personas celebran Sucot de una amplia variedad de maneras.

Muchos judíos no construyen sucot y muchos menos duermen en ellas durante una semana. De los que lo hacen, algunos duermen todas las noches en la sucá, otros pasan una noche de «campamento» familiar y el resto no duerme en ella en absoluto.
Mucha gente recibe invitados allí: asistí a muchas comidas -y a un seminario de posgrado- en sucot en todo Estados Unidos.
El hecho de que gran parte de Sucot se celebre en casa es lo que explica la inmensa flexibilidad de la festividad. Al igual que en Pésaj, la mayoría de los judíos que celebran Sucot lo hacen en espacios donde la gente puede honrar sus valores, culturas o historias.
El panorama es tan diverso como el mundo de los judíos estadounidenses.
Por ejemplo, durante los años que enseñé fuera de Philadelphia, asistí a una jornada de puertas abiertas de varias noches, llamada Whisky en Sucot, organizada por una pareja interreligiosa.
La esposa judía explicaba que, desde que se casó con su marido, un aficionado al whisky de los Apalaches, su forma de pensar pasó a ser: «festival de la cosecha-grano-whisky».
Cada año, su esposo prepara una selección para compartir con sus invitados, con nuevas propuestas para cada noche. Acompañado de quesos picantes y otros bocadillos, este festival del whisky le ofreció una manera de hacer suya la festividad.

En el proceso, la pareja creó un evento que da la bienvenida a sus comunidades judías (y no judías).
Por su parte, en su blog Afroculinaria, el chef, historiador y autor Michael Twitty creó una sopa sureña para Sucot, que, según él, utiliza «ingredientes y sabores tradicionales del Sur».
Su sopa es vegetariana, pero también ofrece una alternativa no kosher en la que remplaza el aceite de oliva por grasa de tocino. Incluso en los entornos judíos más liberales, no se suele servir cerdo en una sinagoga, pero esta es tu mesa de Sucot.
Si tú, como la mayoría de los judíos estadounidenses, no mantienes la dieta kosher, ¿por qué no decantarse por los sabores del Sur?
No todos ven reflejada su identidad completa en Sucot. Emily Bowen Cohen, dibujante judía y de la etnia Muscogee, escribió una historieta titulada My Sioux-kot, en la que imagina cómo sería Sucot si, como muchas celebraciones contemporáneas de la Pascua, hiciera hincapié en la justicia social.
Cohen reflexiona sobre los paralelismos que vio entre las celebraciones de Sucot y las protestas de 2016 para bloquear un oleoducto en la reserva Standing Rock en Dakota del Norte.
En aquel momento, ambos eran eventos en los que la gente hablaba de valorar la naturaleza como algo sagrado. Sin embargo, nadie mencionó las protestas en el Sucot que visitó esa semana.
De hecho, algunos judíos están encontrando maneras de hacer realidad el potencial de justicia social que ofrece esta festividad.
Por ejemplo, la artista textil Heather Stoltz utilizó una sucá como base para una exposición de arte llamada Temporary Shelter, decorando sus paredes con historias de neoyorquinos sin hogar y con obras de arte realizadas por niños alojados en los albergues de la ciudad.
Tal vez llegue el momento en que Sucot también se llene de posibilidades para un futuro más justo.
* Mehta es profesora asociada de Estudios de la Mujer y de Género y Estudios Judíos, Universidad de Colorado en Boulder / Publicado originalmente en The Conversation.