Investigadores de Israel y de Dinamarca descubrieron que niños que vivieron hace 4500 años en un famoso reino de la zona del Mar Muerto fabricaban vasijas de cerámica, en general por trabajo pero algunas veces también por diversión.
Arqueólogos de la Universidad de Tel Aviv, junto a expertos del Museo Nacional de Copenhague, analizaron 450 vasijas de cerámica fabricadas en Tel Hama, una ciudad en el límite del reino de Ebla, uno de los reinos sirios más importantes de la región en la Edad del Bronce Temprana.
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Los académicos descubrieron que dos tercios de las vasijas fueron hechas por niños, a partir de los siete y ocho años.
Junto con el enrolamiento de los pequeños para trabajar por las necesidades del reino, también encontraron evidencia de creaciones independientes fuera del marco industrial, que -afirmaron- «ilustran la chispa de la infancia incluso en las primeras sociedades urbanas».
Una antigua historia de trabajo infantil
La investigación, dijo el doctor Akiva Sanders, que dirigió la investigación, permite «echar un vistazo poco común a las vidas de los niños del área del reino de Ebla, uno de los más antiguos del mundo».
Así fue que descubrieron que, en su apogeo, más o menos entre el 2400 y el 2000 antes de la era cristiana, las ciudades asociadas con el reino «comenzaron a depender del trabajo infantil para la producción industrial de cerámica», señaló Sanders.

Aquellos niños, apuntó, trabajaron en talleres desde la edad de siete años y fueron especialmente entrenados para crear tazas y vasijas de la manera más uniforme posible, que se usaban en el reino en la vida cotidiana y en los banquetes reales.
Como es bien sabido, recordaron desde la universidad israelí, las huellas dactilares de una persona no cambian a lo largo de su vida. Gracias a eso, los investigadores pudieron establecer densidades de las huellas y estimar el tamaño de la palma, la edad y el sexo de cada persona.
Las cerámicas de Tel Hama, en la frontera sur del Reino de Ebla, fue excavada en la década de 1930, y desde entonces se conservaron en el Museo Nacional de Dinamarca.
Huellas dactilares y urbanización
El estudio, cuyos resultados fueron publicados en la revista especializada Childhood in the Past, trabajó sobre el análisis de la huellas dactilares en las cerámicas y hallaron que la mayoría de ellas fueron hechas por niños.
De hecho, los investigadores descubrieron que, en Hama, dos tercios de las cerámicas de estos talleres de los alrededores del Mar Muerto fueron hechos por niños y solamente el otro tercio fue fabricado por adultos.
Sanders recordó que algunas de las primeras ciudades-reinos del mundo surgieron en el Levante y Mesopotamia a principios de la Edad del Bronce Temprana. En el caso de Tel Hama, también conocida como Tell el-Hammam, ahora se encuentra en el territorio de Jordania, a pocos kilómetros del Mar Muerto.
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Sobre el estudio, el investigador indicó que el método fue «usar las huellas dactilares» en las vasijas para entender cómo fue que procesos como la urbanización y la centralización de las funciones gubernamentales «afectaron la demografía de la industria cerámica».
En Hama, un antiguo centro de producción de cerámica, «inicialmente vimos alfareros de alrededor de 12 y 13 años, la mitad de ellos son menores de 18 años y hay niños y niñas en proporciones iguales».
Esos datos, prosiguió, cambia con la formación del Reino de Ebla, «cuando vemos que los alfareros empezaron a producir más tazas para banquetes -dijo Sanders-. Y como cada vez se celebraban más festines con alcohol, las copas se rompían con frecuencia, por lo que era necesario fabricar más».
Copas para banquetes, y que sean parecidas
«No solo el reino empezó a depender cada vez más del trabajo infantil, sino que los niños eran entrenados para hacer las copas lo más parecidas posible entre sí», especificó el experto de la Universidad de Tel Aviv.
Se trata, destacó, de un fenómeno «que también vemos en la revolución industrial en Europa y América», en especial porque «es muy fácil controlar a los niños y enseñarles movimientos específicos para crear una estandarización en las artesanías».
Sin embargo, rescató Sanders, en la vida de estos niños y niñas de esta zona del Mar Muerto había un punto positivo: los arqueólogos pudieron descubrir que también fabricaban pequeñas figuras y vasijas en miniatura, posiblemente para jugar.
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«Es seguro decir que (esas pequeñas cerámicas) fueron creadas por niños, y probablemente también por los niños expertos de los talleres de fabricación de tazas. Parece que en estas figuritas los niños expresaron su creatividad y su imaginación», completó el investigador.