Una serie de estudios de arqueólogos israelíes y británicos sobre antiguas cajas de tefilín halladas en el desierto de Judea mostró que, al contrario de lo que dice la halajá (ley judía) aceptada en la actualidad, esos artefactos religiosos no eran todos negros hace 2.000 años.
Los tefilín son pequeños estuches de cuero que contienen minúsculos rollos de pergamino con versículos bíblicos. Los judíos practicantes los usan hasta el día de hoy como parte de las oraciones matutinas, uno en la cabeza y otro en el brazo.
En las sinagogas de Israel y de todo el mundo se da por descontado que estos delicados artefactos, que los no judíos llaman filacterias, tienen que ser negros y de ningún otro color.
Sin embargo, investigadores de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), la Universidad de Exeter y el Instituto Weizmann analizaron tefilín encontrados en 1949 en una cueva cerca de Qumran, donde se hallaron los primeros Rollos del Mar Muerto, y se llevaron una sorpresa.
Esas cajitas, al igual que otras encontradas en otras cuevas en Wadi Murabba’at y en Nahal Se’elim, también en el desierto de Judea, no eran negras, tal como se las conoce en la actualidad y desde hace siglos.
Se trata de «un descubrimiento muy importante», afirmó el profesor Yonatan Adler, uno de los líderes de la investigación, cuyos resultados se publicaron en la revista especializada PLOS ONE.
Gracias al clima árido del desierto de Judea
Según Adler, «esta es la primera vez que los tefilín han sido examinados científicamente para determinar su color».
Los análisis son confiables porque el clima árido del desierto permitió que estos artefactos sobrevivieran durante milenios hasta su descubrimiento.
Actualmente, las cajas de tefilín se conservan en el depósito de la Unidad de Rollos del Mar Muerto de la AAI en Jerusalén, donde se replican las condiciones climáticas de las cuevas.
Adler señaló que el cuero de algunos de estos tefilín antiguos tiene un color marrón natural. En otros casos, el cuero tiene un color muy oscuro, y los especialistas pensaban que era el resultado de un teñido artificial realizado para cumplir con la ley que exige que los estuches sean negros.
Sin embargo, las nuevas pruebas demostraron que cuando el cuero parece oscuro, es en realidad el resultado de un proceso natural y no de un teñido intencional.
Por su parte, la doctora Ilit Cohen-Ofri, jefa del laboratorio de conservación de la Unidad de Rollos del Mar Muerto, recordó que, en la antigüedad, «había dos métodos principales para teñir el cuero de negro».
¿Una tradición posterior?
El primer método utilizaba materiales a base de carbono (como hollín o carbón vegetal) para darle al cuero un color negro. El segundo se basaba en una reacción química entre el tanino -un compuesto orgánico complejo que se encuentra en muchas plantas- y los óxidos de hierro.
Pero, en las pruebas, «descartamos la posibilidad de que las cajas de tefilín estuvieran teñidas de negro usando cualquiera de estos métodos», sostuvo Cohen-Ofri.
Teniendo en cuenta estos nuevos hallazgos, los investigadores creen que la práctica de teñir las cajas de tefilín de negro probablemente se deba a una tradición posterior.
Sugieren que la ley que exige que los tefilín sean negros puede no haber estado vigente en el período del Segundo Templo, cuando los antiguos artefactos examinados durante este estudio estaban en uso.
«En general se piensa que la ley judía es estática y no evoluciona», pero «nuestra investigación sobre los antiguos tefilín muestra que ocurre exactamente lo contrario, que la ley judía siempre ha sido dinámica», concluyó Adler.