La artista israelí Dikla Laor ya publicó un primer libro de fotografías en las que «revive» a las mujeres de la Biblia. Ahora está trabajando en una segunda edición, con más personificaciones actuales de ellas, tanto las más conocidas como las que se nombran apenas una vez en las Escrituras.
«Mi objetivo es ‘fotografiar’ a todas las mujeres de la Biblia», le contó Dikla a IsraelEconomico. Hasta ahora capturó con su cámara, a través de modelos que posan en los magníficos escenarios naturales del Golán, a 115 de los personajes femeninos del Tanaj.
Treinta de ellas aparecieron en el primer libro de Dikla. Allí se puede ver, por ejemplo, a Elisheba, la mujer de Aarón (y cuñada de Moisés), a Abigail, una de las esposas del rey David, y a Jemima, Kezia y Keren-Hapuh, las hijas del profeta Job, conocidas como las mujeres más hermosas de su época.
Ahora, en la segunda edición de la obra de la fotógrafa, llegarán también Azubah y Ephrat, la primera y la segunda esposa de Caleb (de la tribu de Judá), las esposas de Esaú (el hijo mayor de Itzjak y Rebeca, hermano de Yaakov), y Bilhah y Zilpah, protagonistas de una singular historia.
Bilhah y Zilpah eran siervas o doncellas de Rahel y Lea (las esposas de Yaakov) que fueron dadas a las hermanas por su padre. Entre ambas dieron a luz a cuatro hijos: Neftalí, Dan, Asher y Gad, engendrados por Yaakov.
Modelos/Amigas
Todos ellos llegaron a ser jefes de cuatro de las doce tribus de Israel. Sus madres eran esclavas, no esposas del patriarca, pero sus descendientes terminaron siendo parte del pueblo judío. Por esa razón, algunas feministas judías modernas reclaman a Bilhah y Zilpah como matriarcas.
También hay imágenes de Avishag, la bella joven que acompañó al rey David en sus últimos años de vida, la reina egipcia Tahpenes, Cozbi, de trágica historia (fue muerta con una lanza por los israelitas porque adoraba al dios Baal) y de las cinco hijas de Zelophehad.
Se trata de Mahlah, Noa, Hoglah, Milcah y Tirzah, que no tenían ningún hermano y, por ello, debieron enfrentar las reglas androcéntricas de herencia de su época y reclamar el derecho a obtener las tierras que correspondían a su padre en la Tierra Prometida (a la que no había llegado: murió durante el éxodo desde Egipto).
Laor, que contó que sus modelos no son profesionales y que las recluta entre sus amigas, escribió en la presentación de la nueva edición de su libro que su inspiración proviene de «muchas y diversas» fuentes.
Si bien la «más importante de ellas es la Biblia, otras fuentes incluyeron mitos y leyendas, así como el arte clásico del Renacimiento y la Edad Media».
Antes de cada sesión de fotos, «el trabajo comienza centrándose en un personaje en particular, seguido de una investigación exhaustiva y la recopilación de materiales», explicó.
Un toque de imaginación
«Comienzo leyendo la fuente y luego exploro las obras literarias e incluso la poesía que rodea a los personajes y las situaciones -siguió Dikla-. Los materiales que utilizo para estudiar me llevan a crear motivos, que conducen a una mayor profundidad y desarrollo».
Finalmente, una vez en la locación elegida, la mayoría de las fotografías termina «combinando escenas recreadas» de la vida del personaje bíblico, «con toques añadidos y florituras de mi propia imaginación».
Los vestidos se crean directamente sobre las modelos, utilizando telas finas, mientras que «las fotografías más complejas suelen involucrar animales», apuntó.
«Debido a la naturaleza impredecible» de esos «modelos» animales, «al final de un día típico de capturar esas escenas, generalmente todos tenemos rasguños y moretones», recordó la artista israelí.
«Pero vale la pena, la sensación de satisfacción de un día de trabajo productivo es incomparable», concluyó.
(El libro de Dikla sobre las mujeres de la Biblia, en hebreo e inglés, se puede adquirir online haciendo click aquí).
