El célebre pintor judío Marc Chagall vivió en Estados Unidos entre 1941 y 1948. Ahora, una de sus residencias puede ser suya por apenas 240.000 dólares (pero no se trata de su apartamento de la calle East 74th en Manhattan)
A la venta se encuentra la casa de Marc Chagall en High Falls, en el sur del estado de Nueva York, en la zona de las montañas de Catskill, donde el artista vivió y trabajó desde 1946 hasta su partida hacia Francia.
La inmobiliaria que gestiona la venta recordó a los interesados que la casa, de dos habitaciones y un baño, fue incluso protagonista de un reportaje con fotografías en la revista Hudson Valley en 1995, con el título «Chagall’s Days in High Falls» (Los días de Chagall en High Falls).
«Tiene la estética de una cabaña en la ladera de una colina y una rica historia», señala el anuncio. «Esta casa única cuenta con pisos de madera y cimientos hechos de cemento Rosendale», añade.
Además, aseguran, «la ubicación es ideal ya que se encuentra entre el centro de High Falls y la reserva de Mohonk, así como cerca de New Paltz».
Alrededor de la casa, ubicada en el 420 de la calle Mohonk, «la tierra se extiende hasta un área boscosa que puede usarse como un oasis privado», completa la descripción de la inmobiliaria.
El pintor, nacido Moishe Shagal en 1887 en Liozna, cerca de Vitebsk, en lo que hoy es Bielorrusia y en ese entonces parte del imperio ruso, llegó a Estados Unidos en 1941 escapando del avance de los nazis.
La casa «tiene la estética de una cabaña en la ladera de una colina y una rica historia»
Primero se instaló junto a su esposa Bella y a su hija Ida en el apartamento en Manhattan, donde -recuerdan sus biógrafos- le gustaba recorrer los barrios judíos y leer los diarios locales en idish.
Chagall, recordó una historia del diario Poughkeepsie Journal, se hizo amigo de otros artistas en Nueva York «y ocupó su tiempo libre visitando galerías de arte y museos» en la Gran Manzana.
«Pero en 1944, Chagall cayó en una profunda depresión y dejó de pintar cuando Bella murió de una infección por virus», rememora el artículo de Anthony Musso. En medio de la Segunda Guerra Mundial, «los medicamentos necesarios para combatir la infección escaseaban».
El camino hacia los Catskills comenzó cuando, después de vivir con su hija y su esposo durante un año, Chagall se enamoró de Virginia Haggard McNeil, la hija casada de un diplomático británico y 28 años menor que el pintor.
La pareja, apuntó el Poughkeepsie Journal, «finalmente compró una casa en Mohonk Road en High Falls, condado de Ulster, y Chagall mantuvo un estudio de arte» en la casa de campo, donde «creó más de 100 pinturas, litografías y bocetos».
Al comentar la noticia de la puesta en venta de la casa, la Jewish Telegraphic Agency (JTA) dijo que, al artista de Liozna, «la pequeña casa le recordaba a su ciudad natal, donde creció en una familia jasídica antes de irse a San Petersburgo para estudiar arte».
El pintor «se sentía en paz en High Falls»
Chagall, que se comunicaba en francés con Haggard «pero nunca dominó el inglés, pudo charlar con los vecinos que hablaban idish en su nuevo hogar en las montañas Catskill», añadió el artículo, de Andrew Silow-Carroll.
Finalmente, el pintor se mudó en 1948 a Francia, donde terminó de ser reconocido y su figura se convirtió en una de las principales del mundo del arte del siglo pasado.
La JTA citó las memorias de la amante de Chagall, según las cuales «Marc se sentía en paz en High Falls», donde «la vida se había simplificado y no tenía necesidad de preocuparse por cuestiones de dinero».
De todas maneras, «la pareja se fue a Francia» y «nunca regresó, en parte porque el gobierno de Estados Unidos le negó las visas debido a su política de izquierda», destacó la nota.
El resto de la historia es conocida: Chagall se transformó en uno de los mayores referentes del modernismo y de las nuevas tendencias plásticas en el mundo y, además, en uno de los más grandes nombres de la cultura judía contemporánea.
Después de producir varias obras maestras y los famosos mosaicos de la Knesset (el parlamento israelí en Jerusalén), entre muchísimas otras creaciones, Chagall murió en París el 28 de marzo de 1985, a los 97 años.