Dos especialistas aseguran que es difícil para los autores entrar en el mercado de la ficción policial, y más todavía para los que escriben en idiomas distintos del inglés o en la periferia anglófona, y pusieron como ejemplo una novela de una israelí, ambientada en Jerusalén.
«A menos que sean los grandes nombres del cine negro nórdico, las novelas policiales traducidas rara vez se anuncian o ocupan lugares destacados en las librerías», apuntaron Stewart King, profesor y miembro de la Academia Austrialiana de Humanidades, y Barbara Pezzotti, profesora de la Monash University.
«Es una pena, porque se están escribiendo muchos excelentes libros sobre crímenes en todo el mundo», afirmaron King y Pezzotti en un artículo en el portal The Conversation.
Para sostener sus argumentos, los académicos ofrecieron una lista de cinco novelas de escritores de Italia, Japón, Nueva Zelanda, Finlandia e Israel. «Puede que le hayan pasado por alto, pero vale la pena leerlos», prometieron.
A Belén vía Jerusalén
¿Cuál es la obra originalmente publicada en hebreo? Se trata de Asesinato en el corazón de Jerusalén: Un caso pasional, de Batya Gur, cuyo título original en hebreo se traduciría como Asesinato en el camino a Belén (aunque está ambientada en la capital israelí).
La novela salió en hebreo en el 2001 por Keter como parte de la colección de casos del inspector Michael Ohayon, se publicó en inglés en el 2006 como Murder in Jerusalem (Harper Collins) y la española Siruela la editó en castellano en el 2004 con la traducción de Raquel García Lozano.
Ohayon, cuentan King y Pezzotti, es un detective «tranquilo e introspectivo y parece más un intelectual que un policía». Su biblioteca, destacan, «está repleta de obras de Chéjov, Gogol, Flaubert, Balzac y Faulkner».
Además, «tiene una maestría en historia medieval y comenzó un doctorado, pero abandonó la carrera universitaria para casarse con su novia embarazada».
El paso por las aulas rinde importantes frutos para Ohayon, ya que «siempre está a cargo de complicados misterios en los que hace uso de su educación para despejar la cortina de humo creada por el villano».
A la sombra de Shai Agnon
En el caso de la novela Asesinato en el corazón de Jerusalén, la investigación comienza con la muerte de Tirzah Rubin, escenógrafa de la televisora estatal de Israel, quien es hallada sin vida en el set donde se rodaba una adaptación de una obra de Shmuel Yosef (Shai) Agnon.
La tragedia se trata inicialmente como un accidente, pero cuando el jefe de producción, Matty Cohen, también muere, se hace evidente que no se trata de casualidades.
Ohayon es llamado a trabajar en lo que eventualmente se convierte en una investigación de asesinato múltiple con conexiones con la Guerra de los Seis Días.
La pesquisa del detective revela que los crímenes son consecuencia de violencia e injusticia pasadas que nunca se reconocieron ni abordaron, dicen los autores de la recomendación.
«Esta novela que invita a la reflexión -añaden- ofrece una visión del mundo del periodismo televisivo al tiempo que condena la propaganda estatal y el nacionalismo extremo».
Una fumadora empedernida
La obra es «también un poderoso respaldo a una coexistencia pacífica» de Israel «con un estado palestino», y «proporciona una lectura de gran actualidad en estos tiempos difíciles», completan Pezzotti y King.
Gur nació en Tel Aviv el primero de setiembre de 1947, poco antes de la declaración de la independencia, de mayo de 1948, y falleció en Jerusalén el 19 de mayo del 2005 a causa de un cáncer pulmonar.
Asesinato en el corazón de Jerusalén es apenas una novela en la colección de ocho casos resueltos por el detective judío de origen marroquí Ohayon, una serie que le valió la admiración de los fanáticos de las novelas policiales.
«Simpática, entrañable en las distancias cortas, muy apreciada en su vertiente docente, fue una fumadora empedernida como su alter ego, el singular policía Michael Ohayon», escribió, por ejemplo, el periodista argentino Horacio Otheguy Riveira.
Gur, agregó, fue dueña de uno de «los más admirables estilos» en este género, en el que innovó «al unir la corriente contemporánea de investigación policiaca humanista con una minuciosa panorámica social de sus ambientes».
Con «personajes de ambos sexos muy bien trabajados, todo con sobrecogedoras luchas interiores, encuentros y desencuentros», completó.