Por Alexandre Cherman *
El 6 de enero, cuando se recuerda la historia de los Reyes Magos, millones de cristianos alrededor del mundo desmontan el pesebre, guardan el árbol de Navidad y ponen fin, hasta el año próximo, a las celebraciones del nacimiento de Jesús.
Para aquellos que no están muy familiarizados con las tradiciones católicas, cabe preguntarse: ¿por qué el 6 de enero? Y además, ¿quiénes son estos reyes?
La respuesta a la segunda pregunta suele estar en la punta de la lengua de muchas personas: “¡son los Reyes Magos!”.
Pero, seamos realistas, eso es sólo un nombre, no explica mucho. Volveremos a ello en un momento. Primero hablemos del 6 de enero. ¿Por qué se consagró esta fecha como el Día de Reyes?
Más allá de las dudas… es Navidad
Aunque nadie sabe con precisión histórica la fecha del nacimiento de Jesús (¡ni el día, ni el mes y, increíblemente, ni el año!), la tradición cristiana ha fijado este aniversario en el 25 de diciembre. Es Navidad.
Esa fecha fue tomada de tradiciones más antiguas que celebraban el solsticio de invierno en el hemisferio norte, la noche más larga del año. Era el Día del Sol Invencible o Sol Invictus.
Las noches se hacían cada vez más largas con la llegada del invierno. Y el día del solsticio ocurrió la noche más larga de todas. Es decir, al día siguiente el Sol empezó a «recuperarse» en su lucha contra la oscuridad. De ahí el término «sol invencible».
Una vez que la Iglesia se apropió del día para celebrar el nacimiento de Jesús, se empezaron a amarrar otras fechas. El comienzo del año se fijó el 1 de enero, en lo que llamamos «estilo circuncisión»: Jesús, como todo niño judío, fue circuncidado siete días después de su nacimiento.
Y, siguiendo el texto canónico del Evangelio de Mateo, poco después Jesús fue visitado por tres reyes que vinieron de muy lejos, para saludarlo y darle regalos.
Es la historia de los Reyes Magos, quienes habrían llegado el 6 de enero del primer año de la era cristiana. (Es importante recordar: no sabemos nada de estas fechas desde un punto de vista histórico. Repito: ¡nadie sabe cuándo nació Jesús!).
Poca información, mucha invención
Y así como no sabemos la fecha correcta, tampoco sabemos quiénes fueron estos reyes. El único pasaje de la Biblia que los menciona, el Evangelio de Mateo, en realidad no nos dice cuántos eran.
La deducción de que fueron tres se debe a la inferencia creativa de Orígenes de Alejandría (también conocido como Orígenes Adamantius), un teólogo cristiano primitivo del siglo III.
Supuso que, debido a que trajeron tres regalos (oro, incienso y mirra), los magos mencionados por Mateo eran tres. Pero en ninguna parte de la Biblia dice esto:
«Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle» (Mateo 2: 1-2).
Tenga en cuenta que no hay ninguna alusión a cuántos eran estos Reyes Magos. Además, en ninguna parte de la Biblia se los llama «reyes». Esa denominación es muy posterior, probablemente del siglo VII, debido a una interpretación retroactiva del Salmo 72:10: «Los reyes de Tarsis y de las islas ofrecieron presentes…».
No fueron tres, no fueron reyes. Y aún conocemos sus nombres: Baltazar, Gaspar y Melchor. ¿Pero lo sabemos realmente? El lector atento ya debe estar detectando un patrón: no, no lo sabemos.
En el siglo VIII comenzaron a aparecer pinturas que representaban a tres ilustres y ricos visitantes. Se consolidó la idea de «tres reyes». ¡Y los reyes no podían permanecer en el anonimato! Entonces comenzaron a aparecer los primeros nombres, sin fuente determinada: Bithisarea, Melchior y Gathaspa.
Según el padre Miguel Fuentes, del Instituto del Verbo Encarnado, «los nombres actuales de Gaspar, Melchor y Baltazar les fueron atribuidos en el siglo IX por el historiador Agnello, en su obra Pontificalis Ecclesiae Ravennatis«.
Y así nos quedamos con la historia de los Reyes Magos, Baltazar, Melchor y Gaspar.
¿Y la Estrella de Belén?
Una pregunta justa, que no se hizo al principio de este artículo, pero que parece obvia ahora, después de la cita de Mateo, es: ¿qué era esa estrella que apareció en el este? ¡Es la Estrella de Belén, por supuesto! Pero ¿qué era realmente esa estrella?
La astronomía lleva siglos intentando responder a esta pregunta, sin éxito. Existen básicamente tres posibilidades de eventos astronómicos que podrían percibirse como un «anuncio», un presagio: la Estrella de Belén podría ser una supernova, un cometa o una conjunción planetaria.
Una supernova es una estrella que aparece en el cielo tras la explosión de una estrella gigante. Tiene este nombre porque suele aparecer de repente, como una «nueva estrella» en el cielo.
En estos casos, la estrella original que estalló, aunque haya sido grande, suele haber estado tan lejos que no era visible antes de explotar.
Las explosiones de este tipo dejan restos, llamados nebulosas, y hasta la fecha no se ha encontrado ninguna nebulosa remanente de supernova que proporcione evidencia de una explosión de este tipo en el momento del nacimiento de Jesús. Siguiente hipótesis, entonces…
Los cometas son objetos que provienen del Sistema Solar profundo, formados por hielo y polvo, que cuando se acercan al Sol (por aquí donde está la Tierra) forman una hermosa cola que llama la atención en el cielo.
¿Qué dijo Kepler?
Estos objetos convertidos en cometas pueden ser periódicos o no. Si la Estrella de Belén hubiera sido un cometa periódico, probablemente ya habría regresado a nuestra zona del universo y habríamos calculado su órbita.
Pero no existe ningún cometa periódico que se ajuste a esta narrativa. Y si se tratara de un cometa aperiódico, que pasa sólo una vez y nunca más, al menos deberíamos encontrar informes en fuentes científicas de la época sobre la aparición de este objeto celeste. Nada de esto fue encontrado.
Finalmente, nos quedamos con las conjunciones planetarias, cuando los planetas se acercan angularmente entre sí y pueden verse muy cerca unos de otros en el cielo.
En 1614, nada menos que Johannes Kepler (1571-1630), astrónomo y matemático alemán que formuló las tres leyes fundamentales de la mecánica celeste que llevan su nombre, argumentó que ésta era la respuesta.
Kepler, sin embargo, partía de un concepto completamente equivocado: que la conjunción planetaria de los planetas Júpiter y Saturno sería capaz de crear una nueva estrella en el cielo.
De hecho, en el año 7 antes del supuesto nacimiento de Jesús, ocurrió tal conjunción. Pero hoy sabemos que a partir de esto no se crean nuevas estrellas.
Y, también, que esta conjunción en particular no fue precisamente espectacular: la distancia angular entre los planetas era mayor que dos diámetros lunares.
Otras hipótesis
Vemos, pues, que es difícil, dentro de los límites de lo plausible, defender una efeméride astronómica real como explicación de la Estrella de Belén. Ofrezco aquí otras tres posibilidades en este frente y en el de la historia de los Reyes Magos, todas ellas no astronómicas:
- Los Reyes Magos, que no eran ni reyes ni magos, eran eruditos procedentes de Oriente (probablemente de Persia, donde, mucho antes, había surgido la Astronomía). La referencia a una «estrella en el este» puede ser simplemente una alusión a la navegación astronómica. Para recorrer grandes distancias, los Reyes Magos se guiaban por el cielo. (¡El verbo «orientar» proviene precisamente del concepto de Oriente!).
- En aquella época la Astronomía y la Astrología eran una sola cosa. Es posible que estos sabios de Oriente hayan visto, en alguna carta astrológica de su propia elaboración, algo que interpretaron como una señal. Un signo astrológico procedente de ellos mismos, en Oriente. En otras palabras, una «estrella en el este».
- Y finalmente, esta «estrella del este» puede ser solo una metáfora, elaborada quizás por Mateo. Cabe señalar que este libro de la Biblia fue escrito al menos 50 años después de los eventos que informa (probablemente más tiempo que eso). No sería rara alguna libertad creativa de su autor.
Independientemente de cuál fue la Estrella de Belén y la verdadera historia de los Reyes Magos, el 6 de enero de cada año es su día.
* Astrônomo del Instituto Fundação João Goulart, Rio de Janeiro / Publicado originalmente en The Conversation.