La vida de los líderes espirituales de las comunidades judías muchas veces se convierte en la de un trotamundos. Y si no que lo diga este rabino argentino, formado en Buenos Aires, que trabajó en Colombia y en Estados Unidos para terminar ahora oficiando en una sinagoga de Aruba, en el Caribe.
Se trata del rabino Alberto (Baruj) Zeilicovich, quien -en realidad- comenzó su actividad en la enseñanza judía como maestro. Se recibió en un majón (escuela hebrea de educadores) en 1969 pero también estudió para maestro «oficial», es decir, para dictar el plan de estudio general argentino en español.
«Yo era un moré integral, trabajaba en los dos cursos» en escuelas judías de Buenos Aires, dando clases tanto en hebreo como en español, recordó durante una entrevista con la emisora argentina Radio Jai en el 2020.
«El mejor lugar para enseñar dentro de una comunidad es el de rabino»
Más adelante lo conquistó el mensaje de Marshall Meyer, el ya legendario rabino estadounidense que, instalado desde la década del ’50 en Argentina -adonde fundó el Seminario Rabínico Latinoamericano– se convirtió en un gran activista contra la dictadura que gobernó el país entre 1976 y 1983.
De la mano de Meyer, siguió el moré Baruj, «pude ver un judaísmo que no era solamente intelectual sino que también estaba comprometido con la realidad social».
También le puede interesar: Huyó del antisemitismo, y creó una golosina mítica en Argentina
El paso siguiente fue obvio. Tras recibirse de psicólogo en la Universidad de Buenos Aires, «decidí entrar al Seminario porque «me di cuenta de que el mejor lugar para enseñar dentro de una comunidad es el de rabino».
Durante la entrevista radial, el rabino argentino afirmó que, mientras estudiaba en la escuela dirigida por Meyer, aprendió que se debe «entender el judaísmo no solamente como una cuestión de rezos sino una manera de vivir».
Los primeros trabajos de Baruj tuvieron lugar en sinagogas de la capital y el interior de Argentina, pero «mi primer púlpito como tal fue en Medellín, en Colombia, una ciudad hermosa, con gente espectacular».
En Texas conoció el mundo evangélico y aprendió «la importancia del trabajo inter-confesional»
«Pero me tocó la época de Pablo Escobar», el líder del cartel narcotraficante de Medellín, cuando la violencia lo obligaba a «ir y volver de la sinagoga con guardaespaldas», contó.
En ese sentido, Zeilicovich recordó momentos amargos, como tener que rezar durante los entierros de jóvenes integrantes de su comunidad caídos bajo las balas de la violencia del narcotráfico, como «un chico de 19 años que no estaba en nada» y otro de 25 muerto «cuando salía de la universidad».
Finalmente, en 1994, se despidió de Colombia y marchó a Estados Unidos, donde comenzó su labor como rabino en la comunidad de Fort Worth, en Texas, donde pasó once años y apreció conocer de cerca el mundo evangélico.
«Fue una experiencia maravillosa, ir a cualquier café» en la ciudad texana «y ver a la gente leyendo la Biblia», remarcó el rabino, que está casado y tiene dos hijos. En Fort Worth, apuntó, «entendí la importancia del trabajo inter-confesional».
Los próximos capítulos de la vida de este rabino itinerante lo llevaron primero a la comunidad Beth Sholom de Nueva Jersey, también en Estados Unidos, y luego en Israel, adonde se instaló en el 2021 para trabajar con el movimiento judío conservador.
«Baruj, ¿qué haces en Israel?»
Pero, casi apenas llegado, tuvo que volver a armar las valijas. Ya pasada la barrera de los 70 años de edad, Zeilicovich estaba disfrutando Israel cuando recibió un llamado de Daniel Kripper, un amigo y compatriota argentino que se jubilaba como rabino del templo Beth Israel de Aruba.
«Me llamó y me dijo: ‘Baruj, ¿qué haces en Israel?’ Le dije que me iba a la playa. Él dijo: ‘¿Por qué no vienes a la playa en Aruba, donde puedes volver a tener una congregación?’ Y yo dije: ‘¿Por qué no?'», le contó a un reportero de la Jewish Telegraphic Agency (JTA), de Estados Unidos.
También le puede interesar: La actriz Jamie Lee Curtis al rescate de la sinagoga donde rezaban sus abuelos
Aruba’s new rabbi says his Jewish community often is overshadowed by Curacao, which is home to the oldest synagogue in continuous use in the Americas.
— JTA | Jewish news (@JTAnews) March 16, 2023
“We are behind in marketing,” he said. “And we understand we are missing a huge opportunity.” https://t.co/7Nc1HCF3ts
Dicho y hecho, el mismo moré Baruj de las escuelas primarias de Buenos Aires aceptó el reto, salió del retiro y voló a la isla en las Antillas menores, que forma parte del Reino de los Países Bajos y donde funciona una antigua comunidad hebrea.
Entrevistada por la JTA, Richenella Wever, miembro de la junta de Beth Israel, dijo que el rabino argentino se «adaptó bien» a la congregación diversa de su nueva sinagoga. «Su forma de pensar, enseñar y su habilidad para conectar la Torá con la vida diaria es increíble», aseguró la directiva de Beth Israel.
Según Zeilicovich, un servicio de Shabat típico de los viernes por la noche reune a unas veinte personas, de las cuales alrededor de un tercio son turistas. Algunos, precisó en la nota, llegan en los muchos cruceros que «atracan a solo una milla de la sinagoga».
«Somos una congregación amistosa y acogedora»
La vida judía en Aruba, señaló la JTA, se remonta al siglo XVI con la llegada de inmigrantes de Holanda y Portugal. En 1754, Moses Solomon Levie Maduro, de una prominente familia judía portuguesa de Curazao, se instaló en la isla para fundar la sucursal de la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales.
Maduro «allanó el camino para más inmigrantes, pero la población judía de la isla siempre se ha mantenido pequeña -completó el reporte-. Ahora son unos 100″.
«Somos una congregación amistosa y acogedora -agregó Zeilicovich desde su nuevo destino-. «Somos familia, mishpoje: cuando vienes aquí, tratamos de que te sientas así».