Después de la Guerra de los Seis Días, cuando se terminaron los disparos y se callaron los cañones, detrás de los soldados llegaron a las Alturas del Golan los arqueólogos israelíes: hicieron algunos importantes descubrimientos, incluyendo una enigmática estatua de un león y unas misteriosas ruinas.
Más adelante, impactantes restos de una estructura de entre el siglo II y mediados del siglo IV de la era cristiana fueron hallados en excavaciones realizadas por la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI) entre los años 2014 y 2019 en el asentamiento de Hispin, siempre en el Golan.
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Durante aquella serie de excavaciones de emergencia llevadas a cabo poco después de la guerra, dirigidas por los expertos Claire Epstein y Shemarya Gutman, la estatua de un león llamó poderosamente la atención de los especialistas.
Se trataba de una pieza característica de las sinagogas y los edificios públicos que funcionaban en los asentamientos judíos en el Golan durante los períodos romano y bizantino, señaló Anya Kleiner, arqueóloga de la AAI.
Por su parte, las nuevas excavaciones, dirigidas por Kleiner, revelaron cerámicas de todo el país, cuencos importados que indicaban relaciones comerciales con regiones distantes y monedas que ayudaron a datar el sitio.
¿Abandonado por un terremoto?
El león, las monedas y los cuencos fueron agregando más elementos al misterio del sitio arqueológico. Lo que sí quedó en claro es que el final del asentamiento fue aparentemente repentino.
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En efecto, los trabajos de los arqueólogos mostraron que el poblado fue abandonado rápidamente en el año 363 de la era cristiana y que los residentes dejaron atrás muchos objetos y herramientas.
Esto podría estar relacionado con un poderoso terremoto conocido en la literatura histórica, un sismo «que destruyó, entre otros lugares, Beit She’an y Sussita y causó destrucción en todo el país y la región», apuntó Kleiner.
El rápido abandono del lugar «pareció congelarlo en el tiempo -añadió la investigadora-. Muchos objetos quedaron en su lugar original».
Para los arqueólogos, las misteriosas ruinas del Golan representan una oportunidad única para comparar esos rastros con los detalles de la vida actual, ya que «nadie abandona lo que ama a menos que sea necesario», señaló Kleiner.
«Uno puede imaginarse a la gente sintiendo el peligro y huyendo para salvarse, con la esperanza de sobrevivir», concluyó la investigadora, según la cual el sitio brinda «una visión poco común de la vida cotidiana de la época, así como del momento en que se detuvo de repente».
Más allá de este dramático desenlace, el hallazgo tiene una importancia clave porque para muchos arqueólogos en ese lugar se levantaba la localidad de Haspia o Hazpia, uno de los «pueblos prohibidos» mencionados en el Talmud y otros textos antiguos.