La Biblioteca Nacional de Israel (BNI) adquirió noventa páginas de uno de los libros hebreos impresos más antiguos, pertenecientes a la única copia conocida de una edición de finales del siglo XV del «Arba’ah Turim» del rabino Yaakov ben Asher
Yehoshua Soncino, una figura destacada en la industria de la imprenta hebrea temprana, publicó la edición de esta codificación fundamental de la ley judía en Italia, alrededor de 1492, según informaron desde la BNI.
No existen copias completas de esta obra, y las páginas adquiridas por la Biblioteca, que tiene su base en Jerusalén, no se encuentran en ninguna otra colección del mundo, pública o privada.
Antes de la adquisición, la BNI ya tenía cincuenta y nueve páginas del libro, considerado un verdadero incunable.
Durante este período, destacaron los expertos de la Biblioteca, se imprimieron menos de 200 títulos en hebreo, de los cuales alrededor de 150 sobrevivieron hasta el día de hoy, y la BNI tiene copias de más de ochenta de ellos.
«Incunables como estos proporcionan recursos ricos y únicos para la investigación de la cultura textual judía»
«Arba’ah Turim», que significa «Cuatro Columnas» en hebreo, fue escrito por el rabino Yaakov ben Asher (alrededor de 1269-1343), una destacada autoridad religiosa medieval también conocido como Rabeinu Asher y Ba’al ha-Turim (Maestro de las Columnas).
Su apodo, y el título del libro, hacen referencia a las cuatro secciones en que se divide la obra, cada una de las cuales abarca diferentes áreas de la ley judía, apuntó la BNI.
«Incunables como estos proporcionan recursos ricos y únicos para la investigación de la cultura textual judía, y tienen un valor estético y bibliográfico adicional«, afirmó el doctor Yoel Finkelman, curador de la Colección Haim y Hanna Salomon Judaica de la Biblioteca Nacional.
Estas páginas en particular, precisó Finkelman, «proporcionan evidencia tangible extremadamente rara de uno de los primeros textos religiosos judíos que se imprimieron».
«Aunque la edición completa no ha sobrevivido, es emocionante que estas páginas hayan llegado hasta nosotros», añadió. Ahora -completó el experto- «serán preservadas y puestas a disposición de los académicos y el público en general por la Biblioteca», en Jerusalén.