Una verdadera operación de inteligencia logró rescatar un antiguo y misterioso papiro en hebreo de la época del Primer Templo y traerlo de regreso a Israel
Se trata de un fragmento de apenas cuatro por cinco centímetros de lo que parece ser una carta con instrucciones para una persona de nombre Ismael que vivió en la tierra de Israel en el siglo VII o VI antes de la era cristiana.
La carta comienza con las palabras: «A Ismael, enviar…» en hebreo antiguo. Por ello los arqueólogos dedujeron que sería una misiva con un pedido para esa persona. El resto, es un misterio.
Sin embargo, el descubrimiento es mayúsculo: el fragmento, señalaron voceros de la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI), se une a los únicos otros «dos documentos de este período en la colección de los Rollos del Mar Muerto«.
Los tres papiros, precisaron, provienen del desierto de Judea, donde el clima seco permite la conservación de estos elementos utilizados en los tiempos antiguos para escribir.
¿Y por qué se habla de una aventura detrás de la repatriación de lo que ya se llama el Papiro de Ismael?
Es que el fragmento de la carta fue hallado después de una larga pesquisa desarrollada por el profesor Shmuel Ahituv junto con la Unidad de Prevención de Robo de Antigüedades de la AAI.
Increíblemente, un residente de Montana, en Estados Unidos, resultó ser el «dueño» del papiro, que le había sido entregado a su madre durante un viaje de turistas cristianos a Jerusalén en 1965 por el curador del Museo Rockefeller, Joseph Sa’ad, y un conocido comerciante de antigüedades de Belén, Halil Iskander Kandu.
El papiro habría sido obsequiado en 1965 a una turista cristiana de visita en Israel
Al volver a Estados Unidos, relató el diario Times of Israel, la mujer «pegó el fragmento de papiro en un trozo de cartón junto con otros recuerdos» de su viaje. «Los enmarcó y el papiro estuvo colgado en la pared de la casa de Montana hasta hace poco», agregó.
Por su parte, el periódico Israel Hayom dijo que, después de una compleja serie de contactos con académicos y expertos que conocían su existencia, los representantes del gobierno de Jerusalén «convencieron al propietario» del papiro para que lo entregue a la Unidad de Rollos del Mar Muerto,
Para confirmar que el misterioso papiro en hebreo era genuino, se fechó radiométricamente una pequeña muestra en el Instituto Weizmann, en Rehovot. El examen devolvió una fecha similar a la proporcionada por el examen paleográfico, consolidando así la datación hacia el final del período del Primer Templo.
(Recientemente se anunció también otro descubrimiento asombroso del mismo periodo, una colección de fragmentos de sofisticados adornos de marfil que habrían pertenecido a la élite de Jerusalén, posiblemente sacerdotes del templo que sería destruido por los babilonios).
El nombre Ismael, apuntó el profesor Ahituv, era un nombre común en el período bíblico y significa «Dios oirá». Aparece primero en la Biblia como el nombre del hijo de Abraham y Agar, y posteriormente es el nombre de varios protagonistas del Antiguo Testamento, como Ismael ben Netanyahu, el asesino, en el siglo VI antes de la era cristiana, del gobernador Gedaliah.
Según el doctor Eitan Klein, subdirector de la Unidad de Prevención del Robo de Antigüedades, «devolver este documento a Israel es parte de nuestros esfuerzos continuos para proteger y preservar el patrimonio cultural» del país, «un patrimonio que pertenece a todos sus ciudadanos».