Es la canción que alrededor del mundo identifica a los judíos, y el interés por el tema resurgió con el fallecimiento del gran Harry Belafonte (el 25 de abril del 2023), quien lo popularizó en Estados Unidos.
Detrás de la melodía y la letra de celebración hay una breve, pero interesante serie de eventos: esta es una historia del Hava Nagila.
Los expertos coinciden en poner el origen de la melodía en el seno de la comunidad jasídica conocida como Sadigura, proveniente de la localidad de Sadhora, en la región de Bucovina, con gran población judía en aquellas épocas.
Actualmente, la localidad está ubicada en territorio ucraniano, pero cuando el Hava Nagila comenzó a cantarse, apenas como una melodía nigun (de alegría y confort) entre los judíos jasídicos a mediados del siglo XIX, estaba bajo control de Austria.
En algún momento a principios del siglo pasado, un grupo de jasidim Sadigura emigró a Jerusalén «y trajo el nigun con ellos», explicó James Loeffler, profesor de Historia Judía en la Universidad de Virginia, en Estados Unidos.
Música para unificar
Allí, continuó en un artículo del portal My Jewish Learning, la melodía «podría haber permanecido en el mundo enclaustrado de las comunidades jasídicas de Jerusalén si no fuera por un hombre, Avraham Zvi Idelsohn, el padre de la musicología judía».
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Loeffler recordó que Idelsohn, «un sionista apasionado, buscó recopilar y preservar la música folklórica» de los judíos de todo el mundo, «usando un fonógrafo para grabar las melodías tradicionales de las comunidades yemenita, rusa, alemana, marroquí y otras que encontró en Jerusalén».
Al mismo tiempo, señaló el profesor estadounidense, Idelshohn buscó impulsar «un nuevo estilo de música nacional moderna» que unificara al pueblo judío en su regreso a su patria histórica en Palestina.
Con ese fin, «arregló y compuso muchas canciones nuevas en idioma hebreo basadas en melodías tradicionales», temas modernos con raíces antiguas que rápidamente se hicieron populares, entonadas «en kibutzim y moshavim e impresas en cancioneros» dentro de Israel y en el extranjero.
«Entre ellas estaba el Hava Nagila«, apuntó Loeffler.
Sobre la letra del Hava Nagila existe otra teoría. En el libro Una canción sin palabras, el músico Sheldon Feinberg compartió una bella historia sobre el origen del «Uru ajim be-lev sameaj» y las otras estrofas.
Un alumno de diez años de edad
Citado en el portal del Centro de Investigación de la Música Judía, parte de la Universidad Hebrea de Jerusalén, el libro indica que, mientras trabajaba como director del coro de la primaria de la escuela Ezra, en Jerusalén, Idelsohn encargó a sus alumnos ponerle letra a la melodía del Hava Nagila.
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Feinberg afirmó que fue el alumno Moshe Nathanson, en ese momento de apenas diez años y quien luego se convertiría en un famoso compositor y divulgador de la música judía, el «responsable de las letras que se han vuelto tan populares hoy en día».
En efecto, el Hava Nagila es interpretado millones de veces al año en cualquier tipo de fiesta judía en todo el mundo, pero también se transformó en un standard del repertorio de la canción popular internacional.
Y allí están, para demostrarlo, las versiones registradas por artistas que van desde Neil Diamond, Celia Cruz y Connie Francis, pasando por Dalida, el guitarrista surf Dick Dale y el grupo estadounidense latino Hip Hop Hoodios, que la grabaron como «Havana Nagila».
(¡Hasta John Lennon, de los Beatles, se atrevió alguna vez a tararear la canción! La anécdota, muy simpática, se puede conocer haciendo click aquí).
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En la década de 1950, el Hava Nagila atrajo la atención de conocidos artistas no judíos en los Estados Unidos. Esa fue la era en la que los cantantes populares comenzaron a interpretar canciones populares de todo el mundo.
Calipso, pop italiano y «Hava Nagila»
Junto con los éxitos de la música pop italiana, calipso y otros sonidos étnicos, los artistas recurrieron también a una cierta alegre melodía que se escuchaba en las celebraciones judías.
Según destaca Loeffler, en la década de 1950, «junto con los éxitos de la música pop italiana, calipso y otras étnicas, los artistas recurrieron al Hava Nagila«.
Por supuesto, entre ellos estaba el famosísimo Belafonte, cantante y activista por los derechos civiles.
En el 2011, Belafonte reveló en su autobiografía, My Song: A Memoir, que su abuelo paterno era judío. Después del enorme éxito de su versión del Hava Nagila (incluida en el álbum Belafonte at Carnegie Hall in 1959) acostumbraba bromear que se había convertido en «el judío más famoso de Estados Unidos».