El gobierno de Australia anunció que invertirá más de 30 millones de dólares en la adquisición de misiles israelíes desarrollados por la firma Rafael Advanced Defense Systems, como parte de un paquete de rearme de unos 1.100 millones de dólares.
La mayor porción de ese presupuesto está destinada a la compra de los misiles estadounidenses de largo alcance Tomahawk. Según se informó esta semana, el gobierno de Canberra pagará 1.300 millones de dólares australianos (cerca de 835 millones de dólares estadounidenses) por «más de 200» Tomahawk.
Los poderosos misiles, fabricados actualmente por Raytheon y McDonnell Douglas, serán instalados en los destructores de la clase Hobart de la Royal Australian Navy. De esta manera, el país oceánico será apenas el tercero en contar con este proyectil, junto a Estados Unidos y Gran Bretaña.
En el marco de esta multimillonaria inversión, el Ministerio de Defensa autraliano anunció también la compra de los misiles de largo alcance Spike LR2 de Rafael, para instalarlos en los vehículos de reconocimiento de combate Boxer del ejército.
«Capacidades inigualables»
«Nuestra tecnología de misiles empoderará a las fuerzas armadas de Australia con capacidades inigualables, asegurando su preparación en un mundo en constante evolución», aseguró la empresa israelí en un comunicado.
Los misiles israelíes antitanque guiados, añadió el Ministerio de Defensa de Australia, «proporcionarán a nuestros soldados la capacidad de enfrentarse a blindados enemigos a una distancia de más de cinco kilómetros».
El contrato, valorado en más de 50 millones de dólares australianos (algo más de 32 millones de dólares estadounidenses), será gestionado por Varley Rafael Australia (VRA), una joint venture binacional entre The Varley Group y Rafael Advanced Defense Systems.
Se espera que el grupo entregue el primer misil Spike al ejército australiano a principios del próximo año y, como es costumbre en este tipo de operaciones, Varley, el socio local, presentará opciones al gobierno para la fabricación nacional de los misiles desarrollados en Israel.
La sombra de la guerra en Ucrania
Con los Tomahawk y los Spike LR2, entre otros equipos, el gobierno de Canberra dijo que está «invirtiendo» en «algunos de los sistemas de armas más potentes y tecnológicamente avanzados jamás desplegados» por sus fuerzas armadas.
«La guerra en Ucrania –dijo el ministro de defensa australiano, Richard Marles- demostró la importancia de tener no solo stocks» de armamentos sino también «una industria nacional de fabricación de misiles, y este anuncio ayudará a lograrlo».
Por su lado, la industria israelí de las armas y la seguridad está registrando un auge, precisamente a causa de los temores que despertó en Europa y los países de la OTAN la invasión rusa de Ucrania que arrancó en febrero del 2022.
En junio de este año se anunció que las empresas nacionales del sector -entre ellas Rafael, Elbit Systems e Israel Aerospace Industries (IAI)- marcaron en el 2022 exportaciones récord por más de 12.500 millones de dólares.
Y, en este mes de agosto, el gobierno de Jerusalén recibió la aprobación de Estados Unidos para la multimillonaria venta de misiles interceptores Arrow 3 a Alemania, que cuentan también con tecnología norteamericana, por unos 3.500 millones de dólares.