A fines del mes pasado, la Fuerza Aérea de Israel (FAI) llevó a cabo una serie de ejercicios en el norte del país, «de una magnitud que no se había visto en mucho tiempo» y con un objetivo esencial: estar listos para mantener la superioridad aérea en la región
Se trató de un «ejercicio diseñado para imitar la forma en que debemos operar durante la guerra», explicó el teniente N. (los nombres de los oficiales se mantienen en secreto por razones de seguridad) , miembro de la tripulación del Escuadrón 133 que opera aviones «Baz» (F-15).
Entrevistado por reporteros militares, el oficial reveló que las maniobras «simularon combates en la región norte de Israel, de acuerdo con las amenazas actuales» para el país.
Este gran ejercicio anual de la FAI «fue muy significativo, ya que uno de su magnitud no se ha celebrado en mucho tiempo», dijo por su lado el capitán A., miembro de la tripulación aérea del Escuadrón 109, que opera los aviones de combate «Barak» (F-16 C/D).
Según explicaron los voceros de la FAI, un elemento crucial para el éxito de una serie de maniobras de práctica como estas es mantener la «incertidumbre», ya que, en el frente de batalla real, «el personal del escuadrón no sabe cuándo se requerirá que un avión despegue para una misión».
En tiempos «normales», los aviadores «hacemos todo lo posible para prepararnos para la guerra, trabajando en plazos cortos y priorizando las tareas», describió el capitán T., subcomandante del Escuadrón 140 que opera los «Adir» ( F-35I).
Esta versión adaptada israelí del F-35, el aparato más moderno de la FAI, «proporciona una amplia variedad de capacidades» que las fuerzas armadas de Israel no tenían antes, afirmó el capitán T.
Esa «incertidumbre» con la que se manejan los ejercicios impide que los miembros de las tripulaciones tengan la capacidad de prepararse para cada escenario que puedan encontrar en las maniobras, explican desde la FAI.
Por ello, señaló el teniente A., cada combatiente que llega para una sesión preparatoria «debe recibir información que sea fundamental para ayudar al proceso de toma de decisiones: inteligencia relevante, los sistemas y municiones, y la descripción del vuelo».
De los ejercicios tomaron parte también tropas de reserva y personal de emergencias.
Según describió el capitán A., los miembros de la tripulación en servicio activo «son responsables de los preparativos previos al vuelo en tierra, mientras que las reservas llevan a cabo otras partes de las misiones, algunos como líderes de formación».
«Es importante asegurar que las reservas y el personal de emergencia estén al tanto de los cambios que se produzcan y estén actualizados sobre los detalles del ejercicio ya que no participan en el proceso de planificación» previo, añadió el capitán A.
Las maniobras, indicó por su lado el mayor A., oficial técnico del Escuadrón 133, «nos dieron la oportunidad de entrenarnos para numerosos escenarios que no habíamos practicado en un tiempo, incluida la carga de aviones con nuevas municiones».
En general, los ejercicios tuvieron como objetivo que tanto el personal activo como el de reserva y emergencias sigan siendo capaces de tomar decisiones en tiempo real, afrontar misiones inesperadas y mantener la sincronización entre todos los departamentos del escuadrón.
«El principal desafío en un ejercicio tan grande -resumieron los oficiales entrevistados- es funcionar como un escuadrón a pleno funcionamiento: debemos continuar despegando y ejecutando nuestras misiones independientemente de la situación que nos rodea«.