A mediados de diciembre, la base Nevatim de la Fuerza Aérea de Israel (FAI) llevó a cabo un ejercicio de gran escala que puso en Alerta Rojo a todos sus escuadrones especiales. El objetivo: estar listos para distintos escenarios de guerra
«Realizamos este ejercicio con regularidad, ya que no puede haber sorpresas sobre el funcionamiento de la base durante combate», explicó el teniente T., cuyo nombre se mantiene en secreto por razones de seguridad.
Todos los escuadrones «deben estar preparados para la guerra», añadió el oficial, quien pertenece a las tripulaciones del escuadrón 131 de la FAI, que opera los aviones Hércules (llamados Karnaf, en Israel).

Durante las maniobras, «todos los escuadrones de la base aérea Nevatim practican complejos escenarios de simulación de guerra», dijo por su lado el teniente N., parte de las tripulaciones que operan los Boeing 707.
Tanto el teniente T. como el teniente N. están destacados en Nevatim, una de las principales bases de la FAI, instalada en el sur del país, en la zona del Negev, cerca de la ciudad de Beer Sheva.
Allí tienen su cuartel general los escuadrones de los F-35 israelíes, uno de los aparatos más sofisticados en la flota aérea del país.
Según explicó el teniente N., este ejercicio es diferente de los que llevan a cabo cada escuadrón en particular. En este caso, señaló, «se estableció un cuartel general especial durante el ejercicio» desde el cual se gestionaron de manera unificada los comandos operativos, creando «un estado constante de incertidumbre para el personal».

Crear esa situación particular es de vital importancia, porque «volar con incertidumbre y bajo presión es complicado, pero se considera rutina durante un estado de guerra», se asegura en un artículo del website de la FAI para el que fueron entrevistados T. y N., entre otros.
«Aprendemos mucho de los escenarios no planificados y los ajustes en pleno vuelo, pero siempre nos sorprenderemos» durante una situación de combate real, admitió el teniente N., según el cual «las cosas nunca suceden exactamente como se anticipó, y eso es lo que intentamos simular en el ejercicio».
De los ejercicios tomaron parte también los Gulfstream G500 y G550, los encargados del reabastecimiento de combustible en el aire para los F-35.

«La mayoría de las tareas incluían reabastecimiento aéreo, ya que es nuestra principal especialización, volando a altitudes relativamente bajas en territorio desconocido bajo diversas amenazas«, describió el teniente E., del escuadrón 122.
«Para estar preparados para la guerra, debemos perfeccionar todas las formas de vuelo antes y durante todo el proceso de reabastecimiento», agregó.
Al evaluar los resultados del ejercicio, el teniente T. afirmó que la cooperación entre los distintos escuadrones de la base «es un cambio refrescante».
«En el día a día no sabemos qué están haciendo otros escuadrones, pero en este ejercicio todos trabajamos juntos bajo el mismo comando», completó, resumiendo el objetivo central de estas maniobras en los cielos del sur del país.