El gobierno del flamante presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció la suspensión de la venta de aviones de combate F-35 a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), pero aseguró que apoya los Acuerdos de Abraham firmados por ese país del Golfo para normalizar las relaciones con Israel
La venta de 50 unidades de los sofisticados aviones de guerra era vista como parte de la negociación para llegar a los acuerdos de paz que Israel firmó en setiembre del año pasado con los EAU y con Bahrein, bajo los auspicios del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Sin embargo, la nueva administración decidió suspender la transferencia de los aviones, al igual que una operación de venta de armas a Arabia Saudita.
Según explicaron voceros del Departamento de Estado, se trata simplemente de una medida de «rutina» tomada por un nuevo gobierno que se acaba de instalar en la Casa Blanca.
«El Departamento de Estado está pausando temporalmente la implementación de algunas transferencias y ventas de defensa pendientes», señaló una declaración del ministerio de Exteriores de Washington, «para permitir que los líderes entrantes tengan la oportunidad de revisar» la situación.
De todas maneras, hablando durante una rueda de prensa el miércoles de esta semana, el nuevo secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, aseguró que, en su país, «apoyamos mucho los Acuerdos de Abraham».
«Creemos que la normalización de las relaciones de Israel con sus vecinos y otros países de la región es un avance muy positivo, por lo que los aplaudimos y esperamos que haya una oportunidad de aprovecharlos en los meses y años venideros», indicó Blinken.
Sin embargo, continuó, «también estamos tratando de asegurarnos de que comprendemos completamente cualquier compromiso que se haya hecho para asegurar esos acuerdos, y eso es algo que estamos viendo en este momento».
En cuanto a la venta de armas, el secretario de Estado dijo que «es típico al inicio de una administración revisar cualquier venta pendiente, para asegurarse de que lo que se está considerando sea algo que avance en nuestros objetivos estratégicos y en nuestra política exterior».
Según se indicó en Jerusalén, Blinken mantuvo una conversación telefónica, también el miércoles, con su colega israelí, el ministro de Exteriores, Gabi Ashkenazi.
Ambos discutieron «asuntos estratégicos regionales», entre ellos la ampliación «del círculo de la paz, la amenaza iraní y otros temas», señalaron desde la cancillería israelí.