Ubicado apenas a tres kilómetros de la frontera con el Líbano, desde donde Hezbollah continuamente dispara contra el territorio israelí, el kibutz Sasa fue evacuado por las autoridades, pero su fábrica sigue funcionando a todo ritmo, produciendo un elemento clave para la seguridad de los soldados.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Ministerio de Defensa «vinieron a nosotros y nos dijeron que necesitaban tanto como sea posible, lo más rápido posible» de la producción de la fábrica, reveló Nir Kahn, director de Diseño de la empresa.
Se trata de la compañía Plasan, conocida alrededor del mundo por los revolucionarios blindajes que desarrolló y que protegen la vida de miles de efectivos militares, no solamente en Israel. Su producción es vital en el país en medio de la guerra que estalló tras el ataque terrorista del 7/10.
Entrevistado por Times of Israel, Kahn dijo que la compañía volvió a poner en funcionamiento la línea de producción a pesar de la evacuación de la zona y que desde entonces suministró «decenas de miles» de placas antibalas a las FDI y otras fuerzas de seguridad nacionales.
Mantenimiento las 24 horas
Plasan, señaló el reporte del diario israelí, también «entregó todos los vehículos blindados que tenía en stock con carácter de urgencia y se dispuso a aumentar la producción 24 horas al día, siete días a la semana del SandCat Tigris, una versión militar del camión comercial Ford F-Series».
Además, ahora ofrece un servicio de mantenimiento y repuestos las 24 horas para garantizar que todos sus vehículos estén listos para la misión, precisó el artículo.
Cuando arrancó, en 1985, la fábrica basada en este norteño kibutz israelí elaboraba placas para chalecos antibalas, su producto insignia.
Pero luego desarrolló sus famosos blindajes internos con un diseño innovador, a medida y adaptables, elevando dramáticamente la protección de los soldados al interior de un tanque, por ejemplo.
«Cada noche en el noticiero vemos que nuestros productos se utilizan» en la guerra que las FDI están llevando adelante contra Hamas en la Franja de Gaza, le dijo Kahn a Times of Israel.
Secreto militar
«Sabemos que es algo novedoso que está salvando vidas, que está involucrado en traer a los rehenes a casa y que está haciendo un buen trabajo, y eso es increíblemente motivador», añadió.
Kahn señaló que no puede compartir detalles de los productos, ya que gran parte de lo que hace Plasan «está envuelto en secreto» y «esa es la naturaleza del negocio del material militar».
En cambio, sí compartió que, durante las guerras en Irak y Afganistán, el papel de Plasan fue diseñar vehículos y soluciones para los ejércitos estadounidense y británico «en tiempo real, a medida que se desarrollaban los conflictos», describió el diario.
Ya en aquel momento, «proteger a esos soldados se sentía como una misión personal», apuntó el directivo de la fábrica del kibutz Sasa. «Ahora -agregó-, estamos muy motivados porque estamos en casa», ayudando a proteger a los militares compatriotas.
«Lo que hacemos, importa»
«Esta es la primera vez en mis veintidós años en Plasan que realmente siento, en el mercado interno, que llegamos por la mañana (a la fábrica) y que todo lo que hagamos importa», concluyó.
En julio del 2023, poco antes del ataque de Hamas, Plasan había marcado un hito: su filial norteamericana consiguió un contrato de 300 millones de dólares para proveer los principales componentes de blindaje para el Joint Light Tactical Vehicle (JLTV) que desarrolla el ejército de Estados Unidos.
Meses después, la empresa sigue produciendo para sus clientes en el extranjero y, en especial, para cuidar las vidas de los soldados de Israel.