La campaña contra los islamistas hutíes de Yemen, que comenzaron a atacar blancos israelíes y occidentales pocos días después del ataque terrorista del 7 de octubre del 2023, está costando cientos de millones de dólares.
Así lo vienen indicando reportes de la prensa internacional, según los cuales -por ejemplo- las fuerzas armadas de Estados Unidos perdieron en las últimas semanas cerca de 200 millones de dólares en drones derribados por el grupo fundamentalista yemení.
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Citando un informe difundido este viernes desde el Pentágono, el portal israelí Mako indicó que los hutíes derribaron al menos siete aparatos no tripulados del tipo MQ-9 Reaper en menos de seis semanas, una pérdida que representa más de 200 millones de dólares.
Después de meses de enfrentamientos de baja intensidad, las fuerzas armadas estadounidenses decidieron lanzar una campaña propiamente dicha, el 15 de marzo último, contra los hutíes.
Según apuntó un informe de la cadena CNN, publicado a principios de abril, cuando todavía no estaba claro si se tomaba en cuenta el derribamiento de los Reaper, Estados Unidos ya había gastado unos mil millones de dólares en la ofensiva sobre parte de Yemen.
Tomahawks y misiles con GPS
La campaña, añadió el reporte, «utilizó municiones por valor de cientos de millones de dólares» para ataques contra los hutíes, incluyendo misiles de crucero de largo alcance que funcionan como bombas guiadas por GPS, y cohetes Tomahawk.

Bombarderos B-2 de la dotación en la base en la isla Diego García «también están siendo utilizados contra los hutíes, y un portaaviones adicional, así como varios escuadrones de combate», añadió la CNN.
En cuanto a los Reaper, funcionarios del Pentágono admitieron que tres de los drones fueron derribados la semana pasada, lo que sugiere que las capacidades de defensa antiaérea de los hutíes mejoraron significativamente.
Funcionarios que comentaron la noticia bajo la condición de mantener el anonimato dijeron que los aviones no tripulados estaban realizando ataques o vigilancia y que cayeron tanto en el agua como en tierra.
El portavoz del Comando Central, Dave Eastburn, dijo esta semana que Estados Unidos atacó más de 800 objetivos hutíes.
Los ataques, afirmó, destruyeron «múltiples instalaciones de comando y control, sistemas de defensa aérea, instalaciones de fabricación de armas avanzadas, ubicaciones de almacenamiento de armas avanzadas» y alcanzaron «cientos de combatientes y numerosos líderes hutíes».
US-operated THAAD Air Defense System was activated to try and intercept the Yemeni Missile. Remains: https://t.co/BI1aeTmRl5 pic.twitter.com/gyqOfvDoHs
— MenchOsint (@MenchOsint) March 27, 2025
De todas maneras, el grupo islamista sigue con su campaña contra naves occidentales que circulan por el Mar Rojo y lanzando misiles sobre el territorio israelí, con una periodicidad asombrosa.
La «dramática diferencia» en los costos
Voceros de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) reportaron derribamientos de misiles hutíes el 23 de abril último, el 18 y el 13 del mismo mes y el 30, 27, 24, 21 y 14 de marzo de este año, solamente por citar las últimas semanas.
El misil del 30 de marzo, reportó en aquella oportunidad el Jerusalem Post, fue derribado por una de las baterías THAAD que el ejército estadounidense desplegó en territorio israelí para complementar la labor de los proyectiles interceptores nacionales Arrow.
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Entre los dos sistemas, remarcó el diario israelí, existe una «diferencia dramática» de costos. Cada Arrow que Israel tiene que disparar cuando los hutíes lanzan un misil cuesta entre dos y tres millones de dólares, mientras que los THAAD cuestan entre 12 y 15 millones.
Esa «es una de las razones por las que hasta ahora el THAAD solo fue adquirido por los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita, que pueden pagar esos costos -completó el Post-. Alemania, que evaluó el THAAD contra el Arrow 3, eligió el sistema israelí».