Son apenas seis soldados y su comandante, pero este pequeño grupo de combatientes de la Fuerzas de Defensa de Israel tiene en sus manos una misión de gran importancia: mantener segura la frontera con Siria.
¿Cómo lo hacen? Atendiendo permanentemente el buen funcionamiento del sofisticado vallado entre los dos países, que técnicamente todavía permanecen en estado de guerra.
Se trata de una de las unidades conocidas con el nombre de Kametz, el «puñado» de soldados que se ocupa de esta complicada tarea en varias zonas fronterizas del país.
En sus páginas en las redes sociales, los voceros de las FDI dieron a conocer un breve reportaje en video sobre el trabajo de la unidad Kametz destacada en el borde con el peligroso territorio sirio.
Los únicos en la zona
Son la única fuerza de la zona de la brigada 474 que está capacitada para reparar y mantener la operatividad del cerco, para mantener sus medios tecnológicos para que ningún sospechoso cruce a Israel.
En cualquier momento del día, y bajo cualquier condición climática, si se activa una alarma en el vallado, estos soldados son llamados de urgencia para detectarla y repararla.
La cerca, explicó el comandante de la unidad, Lidor Ratzon, «está hecha de alambre y tiene detectores esparcidos a lo largo» de su extensión.
Su equipo es convocado para reparar distintos tipos de fallas, desde cortes en los cables de metal hasta la presencia de algún sospechoso que activó un detector de indicación.
«Garantizar la integridad de la valla»
«En pocas palabras -señaló-, es nuestra responsabilidad garantizar la integridad de la valla» en el sector de la frontera con Siria, «desde el monte Hermon hasta el área de Hamat Gader.
Con la ayuda de herramientas especiales, los soldados de la unidad ubican el lugar exacto de la falla o de la alarma a lo largo de la cerca y determinan el método de reparación más adecuado.
Ratzon recordó un episodio durante el cual un sospechoso había cortado el alambre para tratar de pasar desde Siria hacia el territorio israelí. «El equipo completo llegó al punto y comenzamos a reparar los cortes y devolver la línea a la capacidad de servicio», contó el comandante.
En un momento, confesó, miraron hacia atrás y vieron «las casas de los ciudadanos» israelíes, a pocos metros de la frontera. «Cuando las vimos, entendimos la importancia de nuestro trabajo».
«Es un puesto con mucho significado», interviene la sargento Sapir, que también forma parte de la unidad. «Levantarme por la mañana y saber que voy a ir a la cerca y arreglarla es lo más significativo para mí», agrega.
«Cuando la valla funciona -concluye la sargento-, duermo tranquila por la noche».
Gente especial
La unidad que controla el funcionamiento del vallado frente a Siria está formada por soldados de distintas extracciones sociales. Hay drusos y judíos, mujeres y varones, y un soldado solitario, es decir, que llegó solo desde el extranjero para servir en las FDI.
«Somos una unidad muy pequeña, pero de gente especial», completa, orgulloso, su comandante.