Tras el reciente anuncio de que Estonia, miembro de la OTAN, adquirió municiones merodeadoras de largo alcance a Israel Aerospace Industries (IAI), la empresa firmó contratos separados con otros tres países de la Alianza Atlántica.
La operación, apuntó la firma controlada por el estado de Israel, involucra «varios millones de dólares» para el suministro de las Rotem, una munición táctica de merodeo de despegue y aterrizaje vertical (VTOL), «diseñada para ser utilizada por fuerzas especiales» y «para fines de prueba y evaluación».
Rotem es eficaz hasta un alcance de diez kilómetros y fue diseñado para que pueda ser desplegado por solamente un soldado a nivel de infantería o de unidades pequeñas o fuerzas especiales, explicaron voceros de IAI.
Su funcionamiento es «sencillo y robusto» y su diseño «lo hace altamente rentable», añadieron los portavoces, según los cuales «las municiones merodeadoras de IAI se convirtieron en una nueva categoría de armas disruptivas» después de haber sido desplegadas «en conflictos recientes».
Se trata de un arma, aseguraron, que «reformó el campo de batalla» porque es capaz de causar impacto «a una escala mucho mayor que su tamaño físico».
«Como resultado, las fuerzas armadas de todo el mundo están interesadas en los aspectos ofensivos y defensivos de este tipo de armas, ya que se dan cuenta de las capacidades únicas que permiten», afirmaron.
Con una autonomía de vuelo de 30 minutos, o con la capacidad de merodear hasta nueve horas, Rotem puede flotar sobre un edificio alto o una colina, con una cámara abierta y un enlace de datos, mientras espera que emerja el objetivo.
Y, una vez que se detecta el objetivo, puede atacar instantáneamente, según describieron desde Israel Aerospace Industries.