Hace tres años, 500 ambiciosos cadetes ingresaron al prestigioso curso de pilotos de la Fuerza Aérea de Israel (FAI), y apenas treinta y nueve de ellos se graduaron. Entre ellos la teniente O., procedente de Boston y una de las dos únicas mujeres en la promoción de este año
O., cuyo nombre se mantiene anónimo por razones de seguridad, es ahora una de las ingenieras de vuelo en la FAI y comenzará pronto a desempeñarse a bordo de los Boeing 707 de la aviación militar israelí, conocidos aquí como «Re’em».
Pero su relación con la fuerza aérea comenzó hace mucho tiempo, podría decirse que antes de que naciera, ya que el padre de la teniente O. también fue navegante, en los aviones de combate israelíes.

La joven teniente nació en Israel, pero a los diez años se mudó con sus padres a Estados Unidos, para residir en Brookline, en la periferia de Boston, en el estado norteamericano de Massachusetts.
Al igual que su hermana mayor, la teniente O. se graduó en la Brookline High School. Y después de un año sabático a los 17 años, durante el cual viajó como mochilera por América Central, volvió a Israel y tomó los exámenes de calificación de la FAI.
«Decidí volver porque quería servir a mi país y reconectarme con mis raíces judías e israelíes», contó la teniente. Su familia quedó en Brookline y aquí se convirtió en una «soldado solitaria», como se llama a los jóvenes que vienen del exterior a servir en las fuerzas armadas y no tienen familiares en el país.
En un video preparado por la FAI, O. reveló algunos aspectos de su trabajo. «Ser ingeniera de vuelo significa básicamente manejar todo lo relacionado con los sistemas del avión, como hidráulica, combustible y los aceleradores», precisó.
Además, agregó, parte de su tarea es «trabajar todo el tiempo con los pilotos para asegurarnos de que, en caso de emergencias o desperfectos, podamos seguir volando y llevar a cabo nuestra misión, que puede ir desde reabastecer de combustible a otros aviones en el aire a vuelos de transporte de cargo o pasajeros».
La teniente se tomó un tiempo para hablar de su padre, a quien presentó como, «básicamente, mi mejor amigo en todo el mundo».
Por supuesto que, además de un buen amigo, su padre resultó ser un excelente consejero. «Fue muy bueno poder hablar con él antes de venir a Israel y saber con qué me iba a enfrentar, evitar sorpresas» al arrancar con el curso de pilotos.
La promoción de la teniente O., los egresados del curso de pilotos 181, recibió sus alas durante una ceremonia el miércoles pasado en la base aérea de Hatzerim, en los alrededores de Beer Sheva, en el Negev, el sur de Israel.

«Todos ustedes, todos y cada uno de ustedes, hombres y mujeres, son un ejemplo y un modelo a seguir para todos nosotros», les dijo a los graduados durante el acto el presidente de Israel, Reuven Rivlin.
La FAI, prosiguió Rivlin, «se encuentra entre las mejores del mundo, es una fuerza creativa, sofisticada, atrevida, lista para cualquier misión en cualquier momento, en escenarios cercanos y lejanos y, si se requiere, muy lejos».
Pero, incluso el «avión más sofisticado nunca podría ganar en el campo de batalla del futuro solo, sin la dedicación a la misión, la excelencia, la devoción y la calma de ustedes, los hombres y mujeres de la FAI», completó el presidente.