Una de las armas ícono del siglo pasado, nacida de la urgente necesidad de las fuerzas israelíes en los primeros años tras la creación del país, la subametralladora Uzi entró de lleno a la nueva modernidad con una versión «Pro»
Arrancó de manera modesta pero luego se convirtió en una de las armas más famosas del mundo, utilizada en decenas de países y glorificada (y vilipendiada) en incontables películas de Hollywood.
La subametralladora Uzi fue diseñada a fines de los años ’40 por el capitán Uziel Gal, quien había nacido en Alemania y, ante la llegada de los nazis, en 1933 decidió mudarse a la entonces Palestina bajo mandato británico en 1936.
Gal se instaló en un primer momento en el kibutz Yagur, cerca del monte Carmel, en el norte de Israel, y rápidamente se integró a las fuerzas armadas del naciente país.
El prototipo estuvo listo en 1950 y comenzó a ser utilizada por fuerzas especiales israelíes cuatro años después
Cuando estalló la guerra de Independencia, en 1948, los israelíes contaban con poquísimas armas, la mayoría de segunda mano y provenientes de demasiados orígenes, causando problemas de entrenamiento y municiones.
Fue entonces cuando Gal, ya con grado de mayor, puso manos a la obra, trabajando para crear un arma barata -algo muy importante en un país que era muy pobre en ese momento- y fácil de producir con metal estampado a presión.
El resultado fue una ametralladora compacta y liviana, con cargador vertical, capaz de disparar de manera automática o semiautomática.
El prototipo de la Uzi estuvo listo en 1950 y la ametralladora comenzó a ser utilizada por fuerzas especiales del ejército israelí cuatro años después y de manera generalizada en 1956.
Entre las ventajas de la nueva ametralladora se destacaba la ubicación del cargador en el medio del arma, que la hizo «bien equilibrada, como una pistola», destaca Kyle Mizokami en un artículo del portal especializado NationalInterest.
Además, continúa el experto, «los mecanismos de seguridad hicieron que sea más fácil entrenar» con la ametralladora y confiar un arma tan potente a «reclutas sin mucho entrenamiento», llegados de distintas partes del mundo y hablando distintos idiomas.
«Finalmente, la capacidad de pulverizar rondas de parabellum de nueve milímetros a seiscientas rondas por minuto le dio al usuario la capacidad de apagar un gran volumen de fuego supresor» frente a las fuerzas enemigas, afirma Mikozami.
En aquellos primeros años, la Uzi no era el principal arma de las fuerzas israelíes, que preferían utilizar -por ejemplo- fusiles FN-FAL de origen belga. Pero la ametralladora encontró su lugar en la retaguardia, adonde era utilizada como arma de protección personal por altos oficiales.
La Uzi «mantiene un perfil que será reconocible durante décadas»
Quizás esta segunda opción fue la que motivó la enorme expansión de la ametralladora a nivel internacional, donde diversos fabricantes la siguieron fabricando durante años -con o sin licencia- para proveer tanto a fuerzas de seguridad como a privados.
Fue así que la Uzi se expandió por 90 países, donde -ya lejos de la mano creadora de Gal- se utilizó en los escenarios más diversos, y como parte de fuerzas de todo signo ideológico.
En total, se estima que se fabricaron más de diez millones de Uzi, en sus diversos modelos (incluyendo la mini Uzi).
Desde el 2010, la Israel Weapon Industries está produciendo la Uzi Pro, una versión corta y compacta con «un diseño ergonómico ultramoderno que ofrece un mejor control, más seguridad y máxima precisión«, según afirman desde el website de la firma de defensa.
En retrospectiva, la Uzi fue un claro ejemplo de «un proyecto simple completado con éxito por una naciente industria de armas», escribe Mikozami.
Se trata, completó el experto, de «una ametralladora bien diseñada y confiable hecha de piezas estampadas, simple de construir y con atractivo universal» y que, «aunque está mayormente fuera de servicio, mantiene un perfil que será reconocible durante décadas».