El espacio debe ser absolutamente optimizado, por lo que los marineros más jóvenes comparten sus camas por turnos. Eso sí: gracias a la abundancia de agua desalinizada, pueden tomar duchas regularmente
Se trata de algunos de los detalles más llamativos de la vida en un submarino israelí, en este caso en el interior de uno de los navíos clase Dolphin de la Armada, los cuales -aseguran muchos analistas- transportan misiles nucleares.
La Marina de Guerra israelí permitió a un periodista de la agencia británica de noticias Reuters subir a uno de sus submarinos, el «Leviathan», dar un «paseo» a bordo y reportar sobre la rutina de los marineros.

El reportero no pudo acceder a las salas de armamentos o torpedos del submarino. En cambio, sí pudo tomar notas y compartir algunos detalles del día a día de la tripulación, la cual -informó- tenía en ese viaje un promedio de 22 años de edad.
Durante el viaje, el periodista pudo ver a la tripulación compartir la cena previa al Shabat y brindar con jugo de uvas, nada de alcohol.
Los marineros comen kosher y cuentan con videos y una bicicleta fija a bordo
La comida, reportó, es kosher y se prepara en una cocina con sectores separados para carnes y para lácteos, como indica la liturgia.
Hay agua abundante gracias a un sistema de desalinización, lo que permite duchas frecuentes y lavar la ropa, a mano. Los marineros cuentan también con videos, juegos de mesa y una bicicleta fija para entretenerse en los momentos libres.

Según el reportaje de Reuters, en los viajes largos el capitán permite a la tripulación vestir «casual» para hacer más llevadera la vida en el submarino israelí.
Las mínimas habitaciones de la nave -cuyo tamaño es la tercera parte de los gigantescos submarinos rusos o estadounidenses- obliga a los marineros más jóvenes a compartir las camas por turnos, relató.
Como los submarinos se cuentan entre las armas más secretas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), no hubo mucho más para contar, y solamente quedó espacio para especular.
Por ejemplo, que los cinco submarinos del tipo Dolphin, fabricados en astilleros alemanes (un sexto está en camino), y que pueden llevar cuarenta y cinco tripulantes y a otras diez personas más, conformarían la fuerza de «second strike» en caso de un enfrentamiento nuclear.