El servicio militar en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) es «un privilegio enorme y no una carga», incluso para los jóvenes judíos ultra-ortodoxos.
Así lo afirmó este miércoles el jefe del Directorio de Personal de las FDI, el mayor general Yaniv Asor, en referencia a las polémicas por la conscripción de los varones más observantes, habitualmente exceptuados del servicio militar.
En base a las directivas del Ministerio de Defensa, y tras un reciente fallo de la Corte Suprema que puso fin al antiguo beneficio de exención para los ultra-ortodoxos, se espera que el ejército arranque con el proceso de reclutamiento de estudiantes de los seminarios religiosos.
La medida se tomó en medio de la guerra que estalló en la Franja de Gaza después del ataque terrorista del 7 de octubre del 2023, cuando miembros de Hamas mataron a 1200 personas en el sur de Israel, y mientras crecen las chances de un conflicto también en el norte.
Decenas de miles de reservistas fueron movilizados para la campaña en Gaza y para poner a punto el frente norte, donde Israel enfrenta al grupo islamista Hezbollah, patrocinado -al igual que Hamas- por el régimen iraní.
El peso humano de la guerra
A los ojos de la mayoría de la sociedad laica israelí, resulta injusto que el peso humano de la guerra recaiga solamente sobre los hombres de los varones y mujeres no religiosos que forman parte de las FDI.
Sin embargo, el segmento más religioso de Israel, familias como las que alrededor del mundo se conocieron por series como Shtisel y Poco Ortodoxa, considera que el estudio de la Torá en los seminarios está por encima de la necesidad de servir en el ejército.
La comunidad ultra-ortodoxa representa el 13 por ciento de la población de Israel y viene estando exenta del servicio militar -para permitir que los jóvenes continúen sus estudios religiosos- desde hace décadas, gracias a un acuerdo que se remonta a los tiempos del primer ministro David Ben-Gurion.
Aunque muchas unidades de las FDI cuentan con soldados religiosos, orgullosos de sus uniformes, los más ortodoxos siguen rechazando con fuerza el servicio militar, en ocasiones con violentas protestas callejeras.
A la sombra de la guerra contra Hamas en Gaza y mientras se prevé un posible estallido en el frente norte, las FDI siguen adelante con el proceso de reclutamiento abierto por la decisión de la Corte Suprema.
Capacidades, deseos y necesidades
«Durante los últimos meses -recordó Asor-, hemos estado trabajando, de conformidad con la ley, para reclutar e integrar de manera óptima a nuestros hermanos ultra-ortodoxos en las FDI».
El servicio militar «por la seguridad de nuestro querido país, es un enorme privilegio, un honor y no una carga», enfatizó.
Asor aseguró que el sistema de conscripción hace «todo lo posible» para evaluar las «capacidades y deseos» de los reclutas y «encontrar la ubicación adecuada que se adapte a las necesidades de las FDI».
En ese sentido, completó, «estamos trabajando para crear caminos y condiciones que permitan a los ultra-ortodoxos servir e integrarse en el ejército».