Autodidacta, este nativo de Nueva Jersey nunca tomó una lección del deporte blanco, pero en 1951 se convirtió en el primer tenista judío en ganar el torneo de Wimbledon y, por si fuera poco, también el Abierto de Australia.
Dick Savitt, ganador también de dos medallas de oro en los Juegos Macabeos de 1961, falleció el 6 de enero último en Nueva York, a los 95 años de edad.
Había nacido en Bayonne el 4 de marzo de 1927 y llegó a convertirse en uno de los cuatro tenistas varones estadounidenses que ganaron los torneos australiano y británico en un mismo año, junto a Don Budge (1938), Jimmy Connors (1974) y Pete Sampras (1994 y 1997).
La ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) lo despidió recordándolo como un deportista «admirado tanto por los jugadores como por el público por su magnífico revés y su notable perspicacia en los partidos».
Savitt también disfrutó el honor de ser portada de la revista Time
Parte del Salón de la Fama del Tenis Internacional desde 1976, Savitt se ganó su destacado lugar en la historia de este deporte en 1951, cuando, con apenas 24 años, consiguió la hazaña de quedarse con la corona de singles en el Abierto de Austrialia y en Wimbledon.
Dick Savitt, first Jewish player to win Wimbledon, @TIME cover star, dies at 95.
— Sam Jacobs (@sampjacobs) January 6, 2023
“What he has got is a simple, overpowering attack; a smashing serve and deep, hard-hit ground strokes that keep his opponent scrambling in the backcourt, on the defensive."https://t.co/AHJMjoVms2 pic.twitter.com/lzMiBS4fx8
Tanto en las finales de Londres como en Sydney, el tenista judío norteamericano derrotó al australiano Ken McGregor. En el primer caso por 6–4, 6–4 y 6–4 y en Australia con un 6–3, 2–6, 6–3 y 6–1.
Su carrera no estuvo exenta de polémicas, en especial alrededor de su posible participación en el equipo de su país para la Copa Davis de 1951, al que finalmente -tras un agrio debate en la Asociación de Tenis de Estados Unidos- nunca fue convocado.
Aunque Savitt negó que esa fuera la razón, el tenista afroestadounidense Arthur Ashe afirmó en su autobiografía «Days of Grace» que, cuando el deportista de Nueva Jersey «ganó Wimbledon, su derecho a un lugar en el equipo de la Copa Davis fue cuestionado en algunos círculos porque era judío«.
Pocos años después se retiró y comenzó una exitosa carrera empresarial. Además, fue uno de los grandes impulsores de los Centros de Tenis de Israel, una organización que impulsa este deporte entre cientos de miles de niños de todo el país, de todas las religiones y, en especial, de las zonas más pobres.