Médicos de un centro de salud de Tirat Carmel, en la periferia sur de Haifa, en Israel, aprovecharon el entusiasmo generado por el mundial de fútbol de Qatar 2022 para organizar una actividad de integración de pacientes y la comunidad: ver juntos Argentina-Croacia en el hospital neuropsiquiátrico.
El evento fue registado por el diario Israel Hayom, que contó -por ejemplo- como los internos del hospital Maale Carmel y los visitantes festejaron juntos los goles de uno de los equipos favoritos de los aficionados del país, el que conduce Leo Messi.
Cuando, en el minuto 33, Messi marcó el primer gol, de penal, «en el pequeño auditorio» del hospital «una multitud de decenas de espectadores se puso de pie en una ola humana y rugió de alegría», relató el diario.
«Allí, también, todos guardan un cálido lugar en sus corazones para Argentina», aseguró el reportero que cubrió la reunión para seguir de cerca el triunfo de la Albiceleste.
Según Israel Hayom, el evento fue «un hecho histórico», ya que se trató de la primera vez que un centro médico de este tipo «abrió sus puertas e invitó al público en general a ingresar a su espacio y tener una experiencia compartida» con los pacientes.
Al lugar llegaron miembros de un movimiento juvenil de la zona, vecinos, pacientes ambulantes, familiares y trabajadores de la salud, además del alcalde de Tirat Carmel y el director del hospital, Eyal Fruchter, «un ávido fanático del fútbol».
El director de hospital destacó la «habilidad maravillosa» del deporte para «unir y salvar conflictos, fronteras, creencias, religiones y diferencias»
Todos ellos «eligieron estar allí frente a la pantalla grande y emocionarse juntos», en una demostración de lo que solamente «los deportes pueden hacer» para unir a las personas, afirmó la crónica del diario.
«Estoy muy emocionado», confesó Fruchter a Israel Hayom tras el evento para seguir el partido del martes de esta semana entre Argentina y Croacia desde el neuropsiquiátrico.
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«Este es un evento en el que derribamos los muros y albergamos todos los cuerpos», con la presencia de ciudadanos, personal, familiares y «una cooperación increíble de la municipalidad y del hospital».
Fruchter destacó la «habilidad maravillosa que tiene el deporte» para «unir y salvar conflictos, fronteras, creencias, religiones y diferencias entre las personas».
La intención, añadió, «era exactamente esta: hacer el evento deportivo más grande del mundo una experiencia para unir personas de diferentes lugares de la vida, todos frente a una pantalla para romper estigmas y derribar muros» entre el público y los pacientes de un hospital de salud mental.
«Alrededor de los puestos de comida que se instalaron fuera del pabellón, entre la discusión de las jugadas que se hacían sobre el verde césped y en medio de los gritos de alegría tras cada gol, la emoción de este evento único se sintió por todos lados», completó el reporte de Israel Hayom.