¿Quiere entender los lazos entre el fútbol y la diplomacia? Ahora podrá contar con una mirada académica: la Universidad Ben-Gurion del Negev, en el sur de Israel, anunció la apertura de un centro de estudios que analizará las relaciones entre el deporte y las relaciones internacionales.
«Los deportes son otra base para que las políticas de marca cambien y mejoren la imagen de los países -dijo el profesor Sharon Pardo-. Vemos cada vez más países que utilizan el deporte para promover sus valores e intereses», añadió.
La conexión está clara cuando se ven, por ejemplo, los casos de conflicto entre deportistas de países enemigos en los juegos olímpicos o torneos internacionales. También las enormes inversiones que países como Arabia Saudita y Qatar hacen para posicionarse en el negocio del fútbol.
Y los boicots de bloques de naciones, como ocurrió con Moscú 1980, cuando Estados Unidos y sus aliados no participaron en protesta de la invasión rusa de Afganistán. (Los países comunistas replicaron con el boicot a los juegos de Los Angeles 1984).
La conexión fútbol-diplomacia se destaca precisamente en el caso de Israel. El país juega en los torneos de la UEFA porque no puede hacerlo en Asia y Medio Oriente por razones de política internacional. Lo que nació como una expulsión, derivó en una positiva presencia en Europa.
La Universidad Ben-Gurion, dijo el presidente de la institución, el profesor Daniel Chamovitz, «siempre enfatizó la investigación que surge de la yuxtaposición de campos aparentemente diversos».
Entendiendo la influencia del deporte
«Al unir el deporte y la cultura con las relaciones y políticas internacionales, nuestro nuevo centro arrojará luz sobre la influencia del deporte en las relaciones globales y posicionará a la universidad como líder en este campo en crecimiento», afirmó.
Pardo, quien estará al frente del Centro de Diplomacia Deportiva, deslizó que esta nueva iniciativa tiene también mucho que ver con la situación global de Israel en el marco del conflicto regional.
«En el contexto de los acontecimientos actuales, esta es otra dimensión que podría ayudar a la diplomacia israelí», aseguró Pardo.
En general, completó, esa «diplomacia» es «el uso consciente, estratégico y continuo de los deportes, los atletas y los eventos deportivos por parte de estados y entidades no estatales» para promover su «marca» y, entre otras cosas, «políticas, comercio, desarrollo, educación, salud pública, imagen» y «reputación».