Con la medalla de plata que logró en París 2024, sumada al brillante oro alcanzado en Tokio en el 2021, el joven gimnasta Artem Dolgopyat, nacido en Ucrania en 1997 y llegado al país cuando tenía apenas doce años de edad, se convirtió en la máxima estrella olímpica de Israel.
«Leyenda» y «el más grande» fueron algunos de los titulares que le dedicó la prensa deportiva israelí después de quedar segundo en la prueba de los ejercicios de suelo en la gimnasia artística de la olimpíada parisina.
También le puede interesar: París 2024: ¡qué costumbre Raz! Otra medalla para la judoka Hershko
El 3 de agosto del 2024 quedó así en la historia del deporte israelí y en el asombroso recorrido personal de Artem, un atleta amable pero también competitivo, buen compañero y autocrítico.
Nacido el 16 de junio de 1997 en la ciudad ucraniana de Dnipro, Artem emigró a Israel cuando tenía doce, junto a su familia. Siguiendo los pasos de su padre, un ex gimnasta, se enroló rápidamente en el equipo de Maccabi Tel Aviv.
Como la gran mayoría de los jóvenes del país, Artem entró a las filas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), pero ya en el 2014 competía a alto nivel internacional: quedó quinto en salto de caballete y séptimo en ejercicios de suelo en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nankín, en China.
Pero las cosas no fueron fáciles para el joven ucraniano, que había aterrizado en Israel sin hablar hebreo «y le resultó difícil hacer amigos», según lo presentaba en el 2021, cuando se perfilaba como ganador del oro en Tokio, un perfil preparado por el sitio especializado The Gymternet.
«Todo era en hebreo»
Sus padres lo enviaron a una escuela primaria con muchos alumnos de habla rusa, en Tel Aviv, y después continuó sus estudios en un secundario en las afueras de Rishon LeZion.
«Todo era en hebreo y terminó abandonando la escuela debido a la frustración, concentrándose en cambio en su formación» atlética, recordaba el informe sobre Artem.
Finalmente, «aprendió hebreo en el gimnasio y, lo que es más importante, también aprendió a ser un ‘asesino'» (en sentido figurado) en los ejercicios de suelo, una de las más bellas disciplinas olímpicas.
Para seguir leyendo: La conmovedora presentación del equipo olímpico de fútbol de Israel
Hace algunos años, en el 2018, cuando los juegos de Tokio eran todavía un sueño y ni hablar de París 2024, Artem le decía a la prensa israelí: «trato de no pensar en todas las expectativas que se depositan sobre mi, porque me pone nervioso».
Las expectativas se cumplieron en Tokio y se ratificaron en París, donde quedó como la máxima estrella olímpica de Israel, incluso por encima de atletas amados en el país como Linoy Ashram y Gal Fridman, quienes también lograron preseas doradas.
En la capital francesa, Artem «demostró ser el más grande de todos», resumió el enviado del portal deportivo israelí One. «Gigante», hizo eco otro medio nacional, Sport5.
Una trágica coincidencia
Poco después de Tokio, Dolgopyat se quedó con una medalla de oro en el Campeonato Europeo de Gimnasia Artística que se celebró en Munich, Alemania, en el 2022. Y al año siguiente se coronó campeón de los ejercicios de suelo en el mundial de Amberes, en Bélgica.
Ese triunfo en territorio belga pasó trágicamente desprevenido: lo logró el 7 de octubre del 2023, el día en que miembros de Hamas cometieron el salvaje ataque que costó la vida de 1200 personas en el sur de Israel y que terminó también con decenas de secuestrados arrastrados a Gaza.
De regreso en Israel, Artem tuvo un gesto que lo retrata en toda su magnitud: ofreció la medalla ganada en Amberes para hacer una subasta a beneficio de las víctimas del 7/10.