La Federación Internacional de Judo (FIJ) anunció que fue suspendido por diez años de las competiciones oficiales el argelino que evitó enfrentar a un rival israelí en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
Fethi Nourine se negó a disputar la primera ronda de combates en la categoría masculina de 73 kilogramos después de enterarse de que podría enfrentarse al israelí Tohar Butbul en la segunda vuelta.
En el arranque de los juegos, el judoka argelino afirmó que, con su gesto, buscaba «apoyar la causa palestina» y evitar cualquier «normalización» de relaciones con Israel. La decisión fue apoyada por su entrenador, Amar Benikhlef, y ambos fueron expulsados de Tokio 2020.
Sudan Olympian becomes second judoka to quit Tokyo 2020 ahead of Butbul match https://t.co/CamDnEphIb
— Sun Sport (@SunSport) July 26, 2021
En la sanción, la FIJ criticó duramente la actitud de Nourine y aplicó la severa suspensión tanto al judoka como a su coach.
Los argelinos, dijo la FIJ, «utilizaron los Juegos Olímpicos como plataforma de protesta y promoción de propaganda»
«Es evidente», dijo el organismo deportivo en un comunicado, que los dos argelinos, «con malas intenciones, utilizaron los Juegos Olímpicos como plataforma de protesta y promoción de la propaganda política y religiosa».
Se trata, añadió, de «una clara y grave violación de los estatutos y el Código de Ética de la FIJ y de la Carta olímpica».
«Por lo tanto, en este caso no se puede imponer otra sanción que una suspensión severa«, completó la FIJ.
Nourine no fue el único judoka que esquivó un enfrentamiento con sus colegas israelíes en los juegos de la capital japonesa. Mohamed Abdalrasool, de Sudán, tampoco se presentó a combatir con Butbul, aunque, en su caso, adujo haber sostenido una lesión.
A fines de julio, mientras todavía se desarrollaban los juegos en Tokio, la FIJ ya había declarado su «preocupación» por estos casos y adelantado que adoptaría una «posición estricta» frente a ellos.
En julio de este año, la Federación Internacional de Judo ya había expresado su «preocupación» por estos casos
En abril de este año, la FIJ suspendió a los judokas de Irán por cuatro años, también a causa de la negativa de las autoridades deportivas de Teherán a permitir que sus atletas enfrenten a israelíes.
Este caso saltó a los titulares de los diarios gracias a la denuncia de uno de esos judokas, Saeid Mollaei, quien reveló que se le ordenó perder en las semifinales del campeonato mundial de 2019 en Tokio, para no tener que enfrentar eventualmente al campeón israelí Sagi Muki en la final.
Mollaei desoyó la orden de las autoridades deportivas iraníes, obtuvo asilo en Alemania y participó de los juegos de Tokio 2020 como parte de la delegación de Mongolia, país que le concedió la ciudadanía.
Poco tiempo después, el iraní contó que había establecido una fuerte amistad con Muki, e incluso participó de un torneo en Tel Aviv, en febrero de este año.