El judoka iraní Saeid Mollaei, actualmente exiliado en Alemania y compitiendo en los juegos olímpicos bajo la bandera de Mongolia, obtuvo una medalla de plata en Tokio 2020 y se la dedicó, entre otros, a sus amigos en Israel
«Gracias por la buena energía, esta medalla está dedicada también a Israel», dijo Mollaei desde la capital japonesa poco después de la final en la categoría de 81 kilogramos.
«Espero que los israelíes estén contentos con mi victoria», añadió el judoka, antes de completar la entrevista con un «todá», gracias, en hebreo.
Saeid Mollaei of #MGL takes #silver in men’s -81kg #judo#StrongerTogether | #Tokyo2020 | @Judo pic.twitter.com/Db6qm8UoBZ
— The Olympic Games (@Olympics) July 27, 2021
La relación de Mollaei con Israel comenzó también en Tokio, durante el campeonato mundial de judo del 2019, cuando los responsables del equipo de Teherán le exigieron que perdiera a propósito en la semifinal contra el belga Mathias Casse.
Se trataba de una estratagema para evitar enfrentar, en una eventual final, al israelí Sagi Muki, quien -al igual que el iraní- se perfilaba para el combate por la medalla de oro.
Según los reportes de prensa del momento, dirigentes iraníes incluso amenazaron a su familia, por lo que Mollaei decidió «perder» con el judoka belga, pero luego se exilió en Alemania.
Increíblemente, desde que salió de su país, Mollaei y Muki desarrollaron una fuerte amistad, que incluso impulsó al iraní a participar, ya como parte de la delegación de Mongolia, del Grand Slam de judo disputado en Israel en febrero de este año.
Mollaei fue una de las grandes atracciones del torneo, donde se vio rodeado de incontables muestras de afecto por parte de los deportistas y el público de Israel. De hecho, una productora local está desarrollando una película para televisión sobre la amistad entre Mollaei y Muki.
Ahora, cuando le llegó el turno de la gloria olímpica, el iraní no se olvidó de sus nuevos amigos, muchos de los cuales se volcaron a las redes sociales para felicitarlos.
El propio Muki declaró estar «super contento por Saeid».
«Sé por lo que ha pasado y cuánto lo deseaba», dijo el campeón israelí. «Es un amigo muy cercano y estoy muy feliz de que haya logrado su sueño, se lo merece, su vida es increíblemente inspiradora«, completó.
La actitud del iraní contrasta con la de otros deportistas de su país o de otras naciones árabes que prefieren no presentarse antes que compartir enfrentamientos deportivos con israelíes.
De hecho, en estos juegos olímpicos en Tokio ya ocurrió dos veces, con un judoka de Argelia -que fue suspendido y enviado de regreso a casa- y con otro de Sudán.