El futbolista israelí Sagiv Yehezkel volvió al país después de haber sido echado de su club, detenido por la policía y deportado de Turquía por dedicar un gol que marcó el domingo último a los rehenes que todavía siguen cautivos de Hamas en la Franja de Gaza.
«Me han pasado muchas cosas, estoy feliz de estar aquí en Israel», dijo el jugador tras aterrizar este lunes en Tel Aviv a bordo de un avión privado que salió desde Turquía.
Según reveló el portal Ynet, el propio jefe del Shin Bet, el servicio interno de espionaje israelí, debió intervenir para lograr una rápida liberación del futbolista. Ronan Bar, señaló el reporte, habló con su colega turco Ibrahim Kalin para acelerar el proceso.
Todo comenzó el domingo en un partido por la liga turca de primera división entre Antalyaspor, el equipo al que todavía pertenecía, Yehezkel, y el Trabzonspor.
A los 68′, Sagiv puso el encuentro 1-1 y salió corriendo hacia los fotógrafos deportivos que cubrían el match. Allí se paró y señaló una inscripción con marcador en el vendaje en su mano derecha.
Las cámaras captaron así la frase «100 Days«, por los cien días que más de un centenar de rehenes secuestrados por Hamas siguen sufriendo de cautiverio en Gaza, y una estrella de David.
Histeria en Turquía
También aparecía la fecha «7/10», por el 7 de octubre del 2023, el día en que agentes del grupo terrorista entraron al sur de Israel para matar a 1200 personas y llevarse decenas de secuestrados.
Poco después se desató la histeria en Turquía. Primer el presidente del club, Sinan Boztepe, anunció la «eliminación instantánea» de las redes sociales del equipo de Antalya de las imágenes del gesto del israelí y adelantó su salida del plantel.
La decisión fue rápidamente aplaudida por la federación turca de fútbol, con un insólito comunicado donde se pudo leer: «condenamos el comportamiento completamente inaceptable» de Yehezkel.
Al vendaval de locura se sumó el ministro de Justicia turco, Yılmaz Tunç, quien salió a Twitter, ahora conocida como X, para decir que el futbolista cumplió «una acción fea apoyando la masacre de Israel en Gaza», en referencia a la operación Espadas de Hierro lanzada tras la masacre del 7/10.
Este lunes, al anunciar que el futbolista israelí abandonó Turquía, se agregó el aporte del ministro del Interior, Ali Yerlikaya. «Me gustaría afirmar una vez más que Turquía siempre está del lado de todos los oprimidos y del pueblo palestino», exclamó.
En el medio del escándalo se conoció una declaración que Yehezkel difundió para bajar la tensión. «Dos horas después de terminar el partido, me di cuenta de que mi acción durante el partido se había difundido en las redes sociales y provocó reacciones», señaló.
Un pedido de disculpas muy útil
Citado por el portal en turco de la emisora estadounidense Voz de América, el mensaje pidió «disculpas de todo corazón a todo el pueblo turco» por el gesto que desató la tormenta.
«No quería hacer ninguna provocación, no pensé que pudiera causar tal reacción», concluyó el texto, que por suerte cumplió con su cometido: poco después el futbolista salía de las instalaciones policiales en Turquía y se embarcaba rumbo a casa.
De regreso, hizo unas pocas declaraciones. «Quiero llegar a casa para estar con mi familia, para relajarme», dijo delante de decenas de compatriotas que fueron a recibirlo al aeropuerto. «Me hace feliz verlos a todos aquí, estoy muy feliz de llegar a Israel», completó.
En su cobertura del caso, la cadena CNN entrevistó a Gallia Lindenstrauss, una investigadora del centro de estudios INSS, de Tel Aviv, especializada en las relaciones entre Israel y Turquía.
La opinión pública de Turquía sobre la guerra en Gaza «es importante» en el terreno de la política interna, incluso en el simple caso del gol de un futbolista, adelantó la investigadora.
Eso explica este «impulso del público y de la oposición para mostrar una postura aún más dura contra Israel que la que está mostrando actualmente el gobierno».